AÑO NUEVO EN EL ADARRA.
Una tradición que merece mucho la pena.
Texto Jesus Mari Alquézar.
Fotos Lutxo di Amore , Virginie Bugat y Javier Mitxelena.
Entre las costumbres del montañismo vasco, dar la despedida de cada año o la bienvenida al nuevo, es una ya muy arraigada tradición. Cada localidad tiene su montaña y cada club organiza, normalmente, una excursión corta, en alguno de los días citados.
Llegar a la cumbre de un monte el día primero del año tiene su encanto.
La relación es muy larga, pero la montaña que más montañeros atrae, en ocasiones hasta 2000, en un desfile inacabable desde las primeras horas y luces del día, es el monte ADARRA de 824 mts. y desde diferentes bases. Es, sin duda una cita multitudinaria a la que ascienden desde alpinistas de altura hasta montañeros populares.(Hay que madrugar pues en los últimos años de buena climatología la cola de coches aparcados ha superado en un Km desde el caserio Xoxoka hacia Irurain.
Allí todos somos iguales. La excursión es una fiesta, deportiva y de amistad, donde se encuentran deportistas que quizá no se habían visto en los 365 días del año que se fue. Y en la cima además, en una tienda de campaña, el club Euskalduna de Andoain reparte caldo y txorizo mientras el Vasco de Camping brinda con cava el nuevo año. Hace años también se celebraba en el collado cimero una misa, oficiada por Aita Balentzi (José Manuel Balentziaga).
Historia.
Sin embargo fue el club Deportivo Fortuna, una institución deportiva en la ciudad de Donostia, el que dio el pistoletazo a esta cita. Aunque la primera noticia que se ha encontrado data del 4 de enero de 1936 en el diario “El Pueblo Vasco”, cuando acudieron 50 montañeros del Fortuna, es seguro que ya antes de la guerra acudían en “procesión”. Queda constancia que el montañero Restituto Terán llegó a lo más alto el 1º de enero de 1928, para puntuar en el concurso de montes del Fortuna.
Y en el año 1959, el diario navarro ”Arriba España” apuntaba que el fortunista Antxón Ganboa había subido ya 35 veces consecutivas, lo que certifica que en el año 1924 los deportistas donostiarras y de los aledaños ya se calzaban ese día las botas. Ganboa y Terán, se quedarían sorprendidos al constatar que actualmente aquella iniciativa se iba a convertir, muchos años después, en una tradición por toda la orografía vasca. (Antxón Iturriza. Historia testimonial del montañismo vasco tomo II)
En la cima los montañeros han conocido de todo, desde días invernales, muy duros, hasta jornadas cálidas de viento Sur.
Haga sol, nieve o lluvia, que ha ocurrido en tantas ediciones, nunca faltan montañeros a la convocatoria. Y hasta en tiempos de postguerra, a nivel de anécdota, llegaron a apostarse en la cima y cercanías guardias civiles para controlar a los que allí llegaban y evitar manifestaciones anti régimen.
La montaña, entonces, era el espacio de mayor libertad.
La vista desde la cima, dilatada y hermosa hacia todos los rumbos, es un premio, un regalo a los esforzados que hasta allí llegan tras la noche festiva de “Año viejo”
MONTE ADARRA.
El monte ADARRA, en una gran montaña, “la montaña de la cuenca del Urumea” que cierra el horizonte desde la los puentes del Urumea de la capital Gipuzkoana, con una silueta incomparable y siempre está muy concurrida todos los días del año. Tiene una atracción especial, porque además de estar bien conservada, con sus bosques, prados, monumentos megalíticos y zonas despejadas, que son grandes miradores, es una ascensión exigente, aunque corta lo que da más valor a la subida.
Aunque son varios los itinerarios para alcanzar lo más alto, desde Donosti City vamos a proponer la ascensión más clásica con alguna variante, por si algún lector interesado, en otro día que no sea el 1º del año, prefiere alargar la sugerencia.
ASCENSIÓN al ADARRA
Ofrecemos a los lectores la ruta más tradicional, la que nace en el caserío Besabi (Besadegi) en las cercanías de Urnieta, ya a considerable altura (300 m) hasta donde se llega por carretera Hernani-Andoain. Nace un ramal de carretera en el alto de Irurain (gasolinera), hacia izda o dcha según desde donde se llega, hacia la inconfundible montaña y que finaliza en el caserío Besabi jatetxe-merendero, diariamente muy concurrido
Este itinerario que describimos, además de bello, reúne varios alicientes complementarios como visitar diferentes monumentos megalíticos de alto interés histórico y cultural, con otros accidentes de leyenda.
También proponemos, para intimar más con este escenario estrella del primer día de cada año, otro recorrido conocido como “la vuelta al Adarra” con la ascensión a una cima menor, que no hay que ningunear y muy valiosa en el entorno, el monte Aballari, de cresta arqueada y rocosa y poco ascendida.
DESDE BESABI/BESADEGI
Aunque los que no tengan coche propio pueden iniciar la excursión desde la estación RENFE de Urnieta, con una hora de cemento hasta Besabi, es en este lugar donde se inicia hoy en día la ruta montañera natural, con aún un pequeño tramo de dura subida por carretera hasta el cercano caserío Adapeta-Montefrío.
Una langa de madera da paso al excursionista al pisado erosionado camino del monte Adarra, bajo un bosque de coníferas y hayas. El siguiente punto de referencia es Mantaleko erreka de saltarinas aguas. Entonces el montañero, ante la disyuntiva de arremeter la parte más dura, podrá declinar sus pasos a la izda para llegar a la cima por el espolón oriental, algo más cómodo, aunque con algunos tramos también de dureza.
Sin duda que la directa es la zona siempre más concurrida. Una larga pendiente directa, sin descanso, es un reto que en alguna ocasión hay que afrontar. Para ello desde la erreka el deportista irá a la derecha para ganar una explanada que ofrece la mejor vista del “muro del Adarra” para iniciar desde allí la fuerte subida.
Aquí el excursionista cambiará de rumbo, para completar el recorrido “Vuelta al Adarra” (que luego describiremos)
Tras el esfuerzo, se llega al collado cimero entre los dos cuernos, donde el primero del año estarán los montañeros en alegre conversación disfrutando del premio del dilatado paisaje y satisfechos de haber mantenido una año más la tradición. La tienda campaña del Euskalduna es la puerta de una larga fila de montañeros que se reconforman con el saldo ofrecido.
Los del Vasco de Camping, en otro grupo, disfrutan con un largo trago de cava festivo.
Tras el descanso, tocará regresar por alguno de los variados caminos que guían a los senderistas hacia Besabi. Los que no los conozcan no tendrán más que seguir la larga cabalgata de montañeros que se distribuyen por todos los rumbos y que podrán seguir con la descripción siguiente de “La vuelta al Adarra”
LA VUELTA al ADARRA
Situamos a los lectores aficionados en “Mantaleko erreka” y en la explanada superior. Como el objetivo es dar la vuelta al Adarra, el montañero tomará la senda, siempre húmeda, que bordea la montaña por la derecha. Es un camino precioso que sortea numerosas rocas de pudingas. La vereda asciende suavemente, a media ladera hacia el collado de Eteneta.
Ya está el mendizale cerrando esta vertiente del círculo. Eteneta es un escenario mágico y mítico, salpicado de cromlechs y especialmente con el visible menhir de de 2,55 m de altura, bajo la ahora suave y alargada loma del Adarra, pues se ha ganado mucha altura (698 m)
El lector que no conozca este punto de referencia se verá sorprendido, seguro.
Se inicia entonces el cambio de rumbo del circuito para circundar el monte por la derecha, el camino asciende acercándose a la cumbre, a la que se debe llegar, por su cercanía y se inicia el descenso, viendo ya el monte Aballarri enfrente, que sugeríamos ascender, disfrutando a la vez de diferentes yacimientos megalíticos en la aproximación.
Una vez en Mantaleko lepoa , cerca del refugio, el excursionista buscará un corredor ,entre las paredes, que obliga a trepar con prudencia para pisar la cima. Esta montaña es un tanto enigmática, pues puede parecer el cráter de un volcán.
Recorrer el cresterío con prudencia es un divertimento recomendable. Curioso panorama desde lo más alto: al Norte el cemento que nos invade con la costa y Donostia como referencia y al Sur la montaña en diferentes planos, rural y deshumanizada.
El siguiente y último tramo es ir en busca de la peña de Sansón “Sansonarri”. Se sitúa en el paso natural hacia Besabi por Arlegor.
Es una gran piedra cúbica de leyenda bajo el cresterio de Aballarri, de formas regulares llama la atención. Desde allí al norte por una estrecha senda el montañero llega por Arlegoko zabala, donde se adivinan otros cuatro cromlechs.
Una vez traspasado el collado, por inclinada ladera herbosa se llega a un ancho camino-pista que a la izda desemboca en el caserío Montefrio y se une al de Besabi por la carreterita de comunicación de ambos, y final de esta sugerente excursión, para todos los primeros de cada año o para cualquier día.
El día 1 de Enero ¡¡¡TODOS al ADARRA!!!
Datos
Vuelta al Adarra 9 km. 2,30 h
Ascensión al Adarra 1,15h-1,30 h
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