AL CROSS ANDANDO.

Un recorrido rural de gran belleza que recupera una bonita tradición.

LA HISTORIA.

Este año 2019 se celebrará la 64ª edición de un Cross legendario en España, que fue uno los más grandes en esta disciplina atlética tan querida y arraigada en el País Vasco y aunque ha sufrido diferentes vaivenes o crisis, se mantiene vivo, y con aumento de asistentes en los últimos años.
En el año 1955 se celebró en el Hipódromo de San Sebastián el internacional Cross de la Naciones, con un gran éxito de participación con los mejores atletas del mundo en aquellos tiempos.

La asistencia fue increíble, volcándose los ciudadanos a presenciar las diferentes pruebas, que acudieron desde las diferentes localidades cercanas y lejanas de la provincia.

Quizá aquel éxito animó a los responsables del atletismo gipuzkoano a crear un Cross Internacional propio. Así al año siguiente-1956-nació el Cross Internacional de San Sebastián con su primera edición. Las primeras carreras han quedado en el vivo recuerdo de los ahora veteranos que las conocieron como pruebas épicas de barro y afición pues todos los años se llenaban las gradas y tribunas del hipódromo, con hasta 12 000 espectadores que disfrutaban de lo lindo.

El domingo de Enero elegido- últimamente es el que cierra el mes- formaba parte de los eventos deportivos más importante de la provincia y de España, pues no había tantas carreras como actualmente.

A San Sebastián llegaban los aficionados en trenes y autobuses especiales que los trasladaban al recinto (pasando por Lasarte), para ver a los atletas de máximo renombre mundial. El primer vencedor fue Norris, que estrenó un largo palmarés, ahora copado por atletas africanos. Y además con el cross, el gipuzkoano que es muy aficionado a caminar en sus recreos, germinó otra tradición la de ir andando al Hipódromo , y muchos caminantes, eran los años de la post guerra, se situaban en la loma continua a la entrada, “la tribuna de los sastres” para seguir las pruebas sin pasar por taquilla.

Eran tiempos de floja economía. Allí después de la marcha se formaban verdaderos “amaiketakos” donde nunca faltaba la entonces habitual bota de vino, que corría de mano en mano, para acompañar al almuerzo, complemento indispensable a las carreras, muchos con prismáticos y con el apoyo de la radio. Hasta el campo de juego llegaban de todas las localidades limítrofes (Añorga, Hernani, Urnieta, Andoain, Usurbil o Aginaga) utilizando los caminos de monte, por escenarios rurales.

Ver las columnas de miles de aficionados acercarse a Lasarte era un espectáculo de grato recuerdo. Muchos de ellos también regresaban caminando. Era una jornada festivo deportiva, que se repetía años tras año. Pero los tiempos cambian. La sociedad progresó y también los pueblos y cercanías cambiaron con la llegada del cemento y las carreteras. Y aquel paseo perdió encanto, atracción, de manera que año tras año pocos eran los que se trasladaban a pie.

A pesar de ello, los organizadores, con ese afán de mantener las costumbres, propusieron salidas colectivas para disfrutar del recorrido. Son varios los que pueden diseñarse desde Donostia pero se eligió el más rural posible. Los primeros años era  Jakintza quien se responsabilizaba del buen fin de la excursión mientras que en estos últimos, tomó el testigo el “Vasco de Camping”(a instancia de la Federación atlética y Fly Group), aunque nuevamente ha quedado aparcado el proyecto.

También se animaba acudir en grupos de amigos en travesía, cada cual por la ruta que más le guste, que son muchas, así aunque la marcha carezca actualmente de organizador, cada cual es muy libre de hacer este bello recorrido por su cuenta.

EL RECORRIDO.

Senderistas, montañeros, excursionistas marcan en rojo ese día reservándolo para llegar desde Donostia y otras localidades hasta Lasarte-Oria y Zubieta. Actualmente en la colectiva, se sale desde la Plaza Gipuzkoa bordeando la Concha o unirse al grupo en el Antiguo en la Plaza José Mª Sert para pasar por Musikene.

Ya por Ibaeta (se puede subir también por el Ángel de La Guarda) e Igara, en una marcha más montañera a pesar de que los primeros Kms han sido tomados por las fábricas, parques y pabellones industriales pero también entre viejos caseríos de solera que todavía se mantienen olvidados por completo. De entrada el caserío Portuetxe de gran tradición gastronómica.

La que se utiliza es una caminata de campiña, lo que queda de ella, y se siguen las balizas rojiblancas de la Gran travesía GR Donostia-Arantzazu, por lo tanto no tiene pérdida alguna para los que van por su cuenta y riesgo.

Desde José Mª Sert son 9 km y desde la plaza Gipuzkoa son 2 más, de poco desnivel y que se completan con facilidad. El ambiente del grupo es muy alegre y animado desde la salida hasta la entrada al Hipódromo y los que se unen al “talde” oficial tienen además, como regalo por mantener la tradición que no se quiere perder, la entrada gratuita al recinto.

Todos los años, el día del Cross, este año 2019 será el 27 de enero, el que lo desee se juntará, suelen acudir más de 250, dependiendo del tiempo que haga. Eso sí, para este 2019 no parece que el tiempo vaya a acompañar.

Se toma el viejo camino de Igara, Portuetxe, Iribar, Zugasti Eder, el molino Errotaxo, la charca de la ranita meridional en la regata de Igara,

después un bonito sector de vegetación de ribera y altos alisos. Por sendero por Arpieta Berri y caserío Istuinzabal se llega a Aritzeta,desde donde se domina la ciudad entera,

para en fuerte descenso a través de un valle bucólico, pastoril y con un paisaje que con buen tiempo hará las delicias del caminante. Bellos caseríos y prados nos acompañan. Es la parte sin duda más bonita de la excursión dominando un gran panorama, abierto, con verdes prados y montes bajos.

Alcanzamos Zubieta y el Hipódromo salvando el rio Oria por un precioso y rustico puente.

A la salida de Zubieta, de nuevo en ambiente muy rural, a la izda. no se deja de visitar el Palacio Aizpurúa, donde se rinde anualmente homenaje a aquella corporación que decidió allí la reconstrucción de San Sebastián tras el incendio de 1813. En una fachada lateral una gran plaza recuerda la efeméride, bonita estampa Zubieta.

Desde allí, siguiendo la ribera izda del Oria se llega al “estadio” atlético con tiempo suficiente para ver las pruebas y para disfrutar ahora también del “amaiketako” el tradicional pintxo de chorizo o carne con el vaso de vino, que se realiza en la bares preparados al respecto ya en el interior del recinto. Son otros tiempos, con menos espectadores (unos 2000, que no está mal para los tiempos que corren)) que recuerdan la larga historia de esta cita en la catedral del cross donde han corrido y lo siguen haciendo hombres y mujeres atletas de leyenda.

Texto : Jesus María Alquézar.

Fotografías : Carlos Bengoa.