ARRIKRUTZ, LAS CUEVAS DE OÑATI.

La casa del león de las cavernas tiene hasta quince kilómetros de galerías subterráneas.

  • Fotos : Sonia Urreizti.

En el increíble paisaje kárstico de Oñati, entre esas grandes paredes de caliza que nos llevan hasta el Santuario de Arantzazu, encontramos las cuevas de Arrikrutz, uno de los rincones de nuestro paisaje que merece una excursión.

Es lo que hizo Donosti City en su visita a Oñati en una calurosa jornada que hizo subir el termómetro hasta los 40 grados. Menos mal que la temperatura de las cuevas se sitúa en los 10 grados. En el interior de la Sierra de Aizkorri, Arrikrutz es una de las cuevas más extensas de Gipuzkoa y un gran ejemplo de lo que supone el paisaje kárstico.

Durante millones de años, la erosión en la roca caliza ha ido modelando por dentro la montaña hasta dejar quince kilómetros de galerías y un sinfín de estalactitas, estalagmitas y demás formaciones siempre llamativas.

Principalmente destacan estas cuevas por encontrarse los huesos de un león cavernario, más grande que los de hoy día, primer hallazgo realizado en España. Pero es que además, se encontraron huellas del paso del Rinoceronte lanudo, hienas de las cavernas y ciervos gigantes.

Abierta al público, visitamos la galería 53, una joya de 500 metros de recorrido con un desnivel de 45 metros con un sofisticado sistema de iluminación.

También se ofrecen opciones familiares como la Espeleo Txiki dirigida a los más pequeños que seguro disfrutarán sintiéndose espeleólogos o ya para adultos en visita de tres horas y media viendo las grandes salas  que va moldeando el río Aldaola.

Como curiosidad vimos en la exposición de recepción el cuerno que Jesús Nazábal hizo sonar y sonar dentro de la cueva hasta que dieron con el paradero de Iñaki Zubeldia y Jesús Maroto, descubridores de Arrikrutz y que se perdieron durante unos días.

ALREDEDORES.

Puede completarse la jornada viendo el Santuario de Arantzazu, explorando la ermita cueva de Sandaili, disfrutando del entorno del barrio de Araotz y, cómo no, viendo con calma el casco antiguo de Oñati, uno de los más interesantes de Euskadi.