UNA VUELTA POR AZPEITIA, SANTUARIO DE LOYOLA Y MUSEO DEL FERROCARRIL.
Azpeitia es mucho más pero hacer en una mañana la Basílica y el Museo será un plan que no defraudará.
- Fotos : Sonia Urreizti y Carlos Bengoa ( enlace Galería )
- Vídeos : Carlos Bengoa.
- Podcasts : Carlos Bengoa en Radio Viajera. Entrevista al rector del Santuario, Ignacio Echarte. Incluimos también en el mismo podcast la entrevista con el director del Museo Ferrocarril, Juanjo Olaizola.
Azpeitia es mucho más, es un valle abierto, es una población muy tranquila, que bulle fiesta y cultura durante todo el año. Pasear por sus calles, lo hemos dicho muchas veces es un placer. Pero en esta ocasión les proponemos » matar dos pájaros de un tiro » visitando dos espacios únicos como el Santuario de Loyola y el Museo del Ferrocarril, una delicia que les recomendamos sin duda.
Como siempre, la primera hora de la mañana me invita a visitar el Santuario, Casa Torre y Museo, para dirigirme después al Museo del Ferrocarril previa reserva procurando coger el viejo ferrocarril del Urola como vemos en el vídeo adjunto.
SANTUARIO DE LOYOLA EN AZPEITIA.
- Un conjunto monumental, Casa Torre y Basílica, de gran importancia a nivel mundial.
- En mitad del Valle del Urola y rodeado de bellas montañas se encuentra este Santuario dedicado al fundador de la Compañía de Jesús, Ignacio de Loyola, nacido en Azpeitia en 1491, en la Casa Torre que sirvió de antesala a este escenario arquitectónico de primer orden mundial. Difícil encontrar una obra así en un entorno tan bello.
La Casa Torre , propiedad de las familias Oñaz y Loiola fue la cuna de Ignacio, joven rebelde, con varios delitos por los que fue juzgado en Azpeitia, herido en una batalla en defensa de Pamplona en la invasión de Navarra, se restableció en su casa natal donde tuvo tiempo para decidir convertirse a Dios. Años más tarde fundaba la Compañía de Jesús. Los jesuitas deciden crear el Santuario en recuerdo de San Ignacio y la Casa Torre fue cedida en el siglo XVII, construyéndose esta gran Basílica en 1738 con grandes bloques de mármol extraídos del Monte Izarraitz.
Un amplio espacio de jardines da paso a las escalinatas imperiales. En el pórtico, la figura de San Ignacio y el escudo de los Borbones dando paso a una puerta cancel de caoba.
Contemplar el interior nos llevará un buen rato si es que sabemos disfrutar de la belleza del Arte Barroco en esta obra de Carlo Fontana. Un espejo ayuda a contemplar la bóveda a fin de no cansar el cuello al visitante. Todo el interior es churrigueresco en mármol con muchos dorados.
La visita a la Casa Torre también es recomendable. Casa de muros de piedra de dos metros de espesor, con troneras y bombardas antiguas, donde podemos ver la Sala de Oraciones, la cocina, el lugar exacto donde nació Iñigo… A modo de anexo, el museo, una bellísima zona donde destacan imponentes vidrieras y la llamada Sala de los Santos.
En la parte posterior de la Basílica, grandes jardines que albergaron en 1982 a cerca de 100.000 personas con la llegada del Papa Juan Pablo II.
Una escultura de Antonio Oteiza en mitad del campo recuerda la peregrinación de Ignacio al Santuario de Aránzazu.
ENLACE GALERIA SANTUARIO LOYOLA Con fotos de Carlos Bengoa.
Página web del Santuario SANTUARIO LOYOLA.
MUSEO DEL FERROCARRIL EN AZPEITIA.
» Viajeros, viajeras… aaaalllllll treeeeeeeeen… «
Sorprendente, cautivador… un deleite, un álbum del recuerdo para mayores y un disfrute seguro para los pequeños.
Entre los planes para toda la familia que os propone Donosti City, apuntad con mayúscula el Museo Vasco del Ferrocarril en Azpeitia, jornada que se puede completar con la afamada Basílica de Loyola o visitando bellos edificios como la Casa Basazábal.
Este museo que dirige al tiempo que hace de guía incansable Juanjo Olaizola junto a su formidable equipo es una de las mayores colecciones de Europa de trenes antiguos, locomotoras, objetos y detalles, así como un gran taller de reparaciones conservado » a la antigua usanza «.
A la vista, máquinas de todos los colores y compañías sin faltar los trolebuses antiguos cuidados al detalle, el de la línea Urola, el de Igeldo..., con placas que nos recuerdan todas las líneas, efemérides, vagones…
El museo durante la temporada organiza exposiciones fotográficas, talleres, actividades educativas y sobre todo pone en marcha en un recorrido de ida y vuelta de unos diez kilómetros, el antiguo ferrocarril del Urola hasta la estación de Lasao donde realiza la maniobra de vuelta.
El traqueteo inconfundible, los duros asientos de madera, el ticket que tendré que entregar a la revisora, el silbato que anuncia la salida… Todo mientras el maquinista no cesará en tocar el chiflo del tren y lanzar humo que en los túneles… causará sensación para disfrute de los asistentes a esta experiencia tan recomendable.
Para más información MUSEO VASCO FERROCARRIL o en el teléfono para reservas 943150677
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