ENTRE LAS VIÑAS DE OLITE Y TAFALLA.
Buscando los colores del otoño… y los preciados vinos navarros.
- Texto: Jesús María Alquézar.
- Fotos: Jesús María Alquézar, Sonia Urreizti y Carlos Bengoa.
Este 2022 el destino ha sido la ZONA MEDIA de Navarra, para visitar la localidad “con encanto” de OLITE-ERRIBERRI (base), TAFALLA y realizar dos itinerarios senderistas, uno entre ambas localidades y el otro entre las viñas de ese apreciado vino que es el Navarro.
Dicen, recomiendan y nosotros afirmamos, que una época apropiada para visitar el viejo reino de Navarra, disfrutar de sus excelentes paisajes, donde incluimos las viñas y olivos alrededor de sus localidades es el otoño. Sin duda que la atracción son los colores del otoño en su orografía cuando se viste con esos tintes distintos , con tonos amarillentos, rojizos y ocres que mezclados forman una paleta de colores inimitable y de insospechada belleza.
Para estas mini vacaciones de tres días, nuestro destino ha sido OLITE-ERRIBERRI, a pocos kilómetros de Pamplona, configurados en la comarca “Zona Media” de Navarra. El vino es un cultivo importante en esta comunidad y Olite es “la capital del vino Navarro” y, en consecuencia, sede del consejo regulador de la estación vitivinícola de Navarra (Evena) y la cofradía del vino.
A través de la “ruta del vino” en excursión automovilística por la comarca se pueden visitar grandes extensiones de viñedos e importantes bodegas (En Olite: por ejemplo, la cooperativa cosecheros reunidos bodegas y viñedos, Ochoa y Marco Real, entre otras son muy recomendadas) y sin olvidarnos de las plantaciones de olivos, de cuyos frutos se obtienen muy afamados y buenos aceites de calidad con diferentes variedades, algunas autóctonas.
Y en el empleo del tiempo vacacional además de las visitas de Olite y Tafalla, no nos olvidamos de los paseos para intimar con estos exquisitos escenarios, seleccionando la “ruta Tafalla-Olite”, señalizada para unir las dos importantes localidades y la ruta de “los viñedos de Olite”, entre las muchas que se proponen desde Turismo.
OLITE-ERRIBERRI
Está situada en el corazón de Navarra, a media hora en automóvil desde Pamplona, y está considerada como la mas visitada de pueblos navarros y entre las más encantadoras villas medievales. Con un castillo-fortaleza de cuento de hadas, antiguas iglesias, murallas, calles estrechas, un campamento romano, la Erriberri vascona, pasadizos subterráneos, iglesias y Palacios, la villa está en la mente de todos los viajeros. En resumen Olite es una pequeña ciudad monumental con nueve lugares imprescindibles que se deben visitar.
Como somos amantes de viajar en tren, llegamos a Olite desde Donostia hasta la estación de Tafalla, importante localidad comercial y económica, con parada de la línea -Alvia- San Sebastián-Barcelona, y a 5 kms. de Olite, con correspondencia con taxis, tren de cercanías y buses.
PALACIO VIEJO (Parador Nacional de Turismo ) y MUSEO del VINO.
Olite tiene diferentes, pequeños y variados hoteles para el albergue, pero destaca el Parador Nacional de Turismo habilitado desde 1966 en el icónico Palacio Viejo, construido por Sancho VII el Fuerte (siglos XII-XII) que fue nuestro alojamiento y que sus estancias sólo se pueden visitar estando alojado en el mismo.
La gastronomía es otro “plato fuerte” y en cualquiera de sus restaurantes y asadores, que no son muchos para evitar que se convierta la población en un parque temático se puede degustar una comida típica navarra con productos locales y de la zona, y siempre con la obligación del maridaje con cualquiera de los vinos con denominación de origen, tintos, blancos y especialmente el Rosado Navarro. Tampoco hay que olvidar las carnes y la alta repostería local que levantan la boina.
En este capítulo de los caldos no se puede dejar de visitar el Museo del Vino -Enozentrum- en la céntrica plaza de los Teoblados, y adoptado por el antiguo Palacio del Santo Ángel, un museo enogastronómico en cuatro plantas que nos acerca a la tradición navarra del vino con sus historias, procesos de elaboración y más, a lo que se puede combinar con alguna visita guiada a una de las bodegas citadas y en las cercanías al casco urbano y/o como mínimo a sus bien organizados comercios clásicos y tradicionales.
IGLESIA de SAN PEDRO.
Erriberri está considerada en algunas selecciones como el segundo pueblo más bonito entre los medievales de España. Para no perderse nada es interesante organizar el paseo, monumento a monumento, pero, hay que apuntar que es muy fácil no perderse nada. Para ello iniciamos la visita desde el exterior de la muralla y lo primero que hacemos es visitar la Iglesia de San Pedro, la más antigua, donde destaca la torre gótica de 52 metros, su claustro románico siglo XIII, retablo mayor y un sepulcro gótico, todo ello si la puerta de entrada está abierta.
PALACION REAL de los REYES de NAVARRA
Tras la iglesia de San Pedro llegamos al Palacio Real de los Reyes de Navarra, el imprescindible Castillo de Olite una fortaleza única, de cuento hadas, que se construyó por mandato de Carlos III a finales del siglo XIV (1388-1424) y fue una de las residencias de la corte del Reino de Navarra. Diferentes episodios bélicos en varias épocas fue deteriorando el complejo hasta ser una total ruina.
En 1937, en plena guerra civil, con un proyecto de los hermanos Yarnoz, se inició la recuperación hasta lograr su actual esplendor tras 31 años de trabajos de restauración, pero que actualmente es una joya, considerado uno de los Palacios más bellos de Europa desde los tiempos de su edificación, y el más visitado entre los navarros, destacando su hermosa silueta vista desde la lejanía.
Es recomendable la visita guiada para disfrutar a fondo, visionando las diferentes y laberínticas salas, las estancias del Rey y de la Reina, las escaleras de caracol para ascender a las diferentes torres (Homenaje, Tres coronas y Atalaya), que ofrecen unas vistas del pueblo y de la campiña sin precedentes.
PLAZA de CARLOS III el NOBLE
La urbanización del pueblo sitúa la alargada plaza en uno de los extremos y es la más bonita, con aspecto medieval, y con edificios todos ellos catalogados como el Ayuntamiento, casas nobles, la torre Chapitel que es una de las puertas de acceso al recinto amurallado, y las galerías medievales del siglo XIII, que cuando están abiertas se puede ver una exposición sobre la historia del pueblo en la edad Media.
Actualmente es el centro neurálgico de la ciudad, donde los vecinos y visitantes se reúnen en sus terrazas de recreo. Desde aquí se inicia el paseo por las calles para componer la ciudad medieval y para controlar todo el entramado de calles y edificios muchos de ellos blasonados.
IGLESIA de SANTA MARIA LA REAL
Cruzamos la puerta del Chapitel para visitar la iglesia, de construcción gótica situada en la plaza de Los Teobaldos, que enamora por su artística portada con una impresionante decoración vegetal donde no faltan las referencias a los racimos de las uvas y por lo tanto al vino y el retablo mayor de estilo renacentista en su interior. Sus valores religiosos y artísticos hace que la visita sea de obligado cumplimiento.
EL PALACIO VIEJO
A su lado, está adosado otro de los edificios más antiguos para ver en Olite, el Palacio Viejo, que que ya hemos citado pues acoge el Parador. Fue una antigua fortaleza rectangular y con el castillo formaba parte de la defensa de la ciudad que sufrió los destrozos en la guerra de la independencia española. Antes de construirse el Palacio Real-Castilo fue residencia de los monarcas navarros.
PASEOS por la calles de OLITE.
A lo largo de los tres días de estancia, recorreremos en diferentes momentos del día las calles medievales, en un retorno al pasado, en busca de restaurantes, comercios que conservan su tradicional sentido arcaico con productos de Kilómetro Cero y una calidad gastronómica sin rival.
Merece el paseo “vagabundeo” por la red de callejas que surcan casas blasonadas de piedra, bellas todas pero destacando las Rúa Mayor, Rúa Seco, Villavieja, San Pedro y Hospital que rodean la plaza de la Cantarería para salir por el portal oriental al Paseo de Dª Leonor y continuando la corta la ronda del Castillo bajo la antigua muralla nos permite ver la construcción del huevo nevera, antaño con fines sanitarios, refrescantes y para la conservación de alimentos que se remontan a la antigüedad y abarca diversas culturas. Y después no debemos dejar de visionar el exterior del imponente convento de San Francisco en extramuros , cerca de la solitaria estación de Renfe y aún nos quedará otro monasterio, el de Santa Clara, de histórico interés pues en él se atendía a los peregrinos.
En ambos sólo se pueden visitar sus exteriores pero tienen en su interior valores religiosos, artísticos, históricos y culturales de mucha calidad. Fuera de las murallas, se desarrolla la ciudad moderna que acoge a la mayoría de sus 3931 habitantes (censo de 2018) y en las cercanías, a 3 kilómetros, queda la catalogada ermita de Santa Brígida.
TAFALLA y la travesía a pie hasta OLITE-ERRIBERRI
Estando en Olite, merece el viaje hasta la destacada ciudad de Tafalla , capital de la zona media con 10.605 habitantes. Es un centro comercial e industrial con importante estación de tren donde paran ferrocarriles de Renfe en las líneas en ambos sentidos, Madrid, Galicia, Donostia, Gasteiz, Pamplona, Zaragoza y Cataluña- Barcelona Sants.
Tafalla tiene un recordado pasado euskaldun. Se sabe que hasta el siglo XVIII había una importante población de habla euskérica. Se está recuperando con las jóvenes generaciones y en el año 2011 y en éste 2022 en sus calles se ha celebrado la fiesta del euskera para recaudar fondos para la lengua y la ikastola , el “Nafarroa oinez”.
Visitamos los lugares de interés y que se consideran imprescindibles que no son muchos. En la parte baja vemos los restos de la muralla y la esplendida plaza porticada de San Francisco de Navarra , el palacio del Marques de Feria y la casa de los Mencos. El patrimonio civil y especialmente religioso es muy rico, comenzando con el gran convento de las Recoletas y las iglesias de San Pedro y San Nicolás y Santa María , con las ermitas de San Gregorio y San José.
Ascendemos la colina donde se encuentra el casco histórico, barrio de la Peña, algo descuidado y que con casas abandonadas conserva a pesar de todo edificios medievales con escudos especialmente en las cercanías de la iglesia de San Pedro y alrededor de una coqueta plaza, puerta de una laberíntica red de calles.
Tafalla defiende su entorno natural, un escenario entre la montaña y la ribera y por ello tras la visita vamos a caminar para conocer y sentir la “campiña” en una excursión balizada por Turismo desde Tafalla a Olite de cerca de 6 kms que merece el viaje, entre las muchas que promocionan.
Totalmente llana, nace en la plaza de Toros y surcamos campos de labor, cultivados con olivares y viñas y en la parte final, destaca la espléndida silueta del castillo de Olite que nos indica que ya estamos al final del paseo tras cruzar tras el molino viejo y el puente del rio Cidacos. El senderismo es un agradable complemento en el empleo del tiempo vacacional, porque caminando se siente y se disfruta más y mejor del paisaje.
RUTA de los VIÑEDOS de OLITE-ERRIBERRI
En este viaje los vinos de Navarra son protagonistas de forma destacada en el programa y además de la visita de una bodega con su tienda, el paseo entre viñas ya lo teníamos reservado .
En otoño, cuando las viñas están vendimiadas, las hojas de las vides cambian de piel dando paso a colores únicos que asombran a todo aquél que a los viñedos llega. En la Rioja está todo el esplendor con cuadros incomparables con diferentes tonos. Sin embargo el campo navarro de la media navarra en Olite no tiene normalmente tantos matices pero merece llegar hasta ellos para disfrutar de la magia de las tonalidades con otros tintes. (Ocurre lo mismo con el Txakoli guipuzcoano denominación Getaria).
En Olite los colores son más suaves, los amarillos y verdes brillantes abundan y los rojos son el complemento minoritario. Depende de las uvas que se cultivan en estas hectáreas y también de la tierra. En Navarra la mayoría de cepas son de tempranillo y garnacha que dominan el paisaje pero también encontramos Caubernet Sauvignon, Viura, Chardonnay, Pinot Noir y Sirah que dan a luz vinos excelentes, cada año mejores, jóvenes, crianza, reserva y gran reserva para tintos y blancos y donde el rosado Navarro es el rey.
En tres días de excursión tenemos tiempo para remate vacacional realizando “la ruta de los viñedos” circular bien señalizada de cuatro kms. para visionar los parrales cercanos a Olite, que se puede prolongar fácilmente, para disfrutar del milagro de las hojas de las cepas. En octubre despliegan su colorido. En la cercanía de los cultivos, destacan también los colores de la flora que limita los campos, el puente sobre el cidacos y la popular fuente “El Chorrom” con la elegante inscripción “El que bebe del Chorrom, deja en Olite el corazón”.
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