PAGOETA Y GETARIA. ENTRE FERRERIAS, LEYENDAS DEL MAR Y DE LA MODA. Ruta 8.

De nuevo mar y montaña unidos.

  • Foto portada : Iñaki Peñalba.
  • De nuestro libro 20 RUTAS FASCINANTES POR EL PAIS VASCO, de SINGLATOR EDICIONES.

Esta vez nos adentraremos en un bosque de hayas y abetos, un bosque casi tan pegado al mar como en pocas ocasiones veremos. Un bosque de cuento en un valle capaz de guardar tesoros en forma de flores, hierro, agua, madera. Bosque de vida dura, sombría entre los árboles. Un bosque que posiblemente siga tal cual lo dominó en su día el señor de Laurgain quien reactivó la ferrería que hoy luce entre cascadas de agua. Y que busca el camino al mar no sin antes dejarnos otro tesoro, el de los campos de viñedos que visten de verde las colinas que entran derechas al mar.

Y el mar. Qué decir del pueblo que vio nacer a Juan Sebastián Elcano, Getaria. Getaria marinera, Getaria coqueta, Getaria y su olor a mar, a rodaballo, a txakolí. Getaria y sus playas, la tranquila al abrigo del puerto, la salvaje abierta a las olas donde jugarán los jóvenes. Getaria y su ratón, su ratón con queso para que no le falte de nada, no vaya a ser que se enfade y busque otro sitio. Getaria, la que se viste de luces en los atardeceres de verano. Como luces llevan los vestidos de Cristóbal Balenciaga, el gran modista de colecciones parisinas que también nació aquí.

Curiosa mezcla, monte, mar, bosques, agua, ferrerías, astilleros, arte y moda. Todo en un kilómetro en línea recta, la que va del mar hasta la cima del pequeño Pagoeta y sus 714 metros de altitud. Pagoeta, lugar en el que abundan las hayas, las que posiblemente sirvieran para que en los astilleros de Zarautz se construyera en 1515 la nao Victoria que más tarde adquirida por Magallanes pusiera en marcha junto a Elcano una de las aventuras más increíbles que ideara la mente humana.

Laurgain y su ferrería, Elcano y el mar, Balenciaga y la moda. Todo cuadra en las laderas de una montaña amable repleta de viñedos en su llegada al mar, en un paisaje que invita a todo, a pasear tranquilo, a respirar aire puro, a detener el reloj viendo el martillo de la ferrería, a disfrutar de las flores y de los árboles, a vivir el bullicio de las calles de Getaria, a sentirme marinero y por qué no decirlo, a comer y a beber.

Salen los pesqueros temprano de una Getaria en calma, barcas de colores se reflejan en el puerto, sábanas limpias se secan en los balcones de la Calle Mayor mientras el párroco de San Salvador hace crujir la puerta de entrada para dejarla abierta, las luces del museo se encienden y parecen dar vida a centenares de vestidos que las damiselas de época vistieran, brillan las viñas como brillan las uvas.

A esa hora, corzos y jabalíes juegan con las pottokas, las hayas esbeltas dejan pasar los primeros rayos de sol, el agua juega a saltar y a mojar la piedra de la ferrería, flores y más flores iluminan el campo en un espectáculo que se repite cada día sin descanso desde hace miles de años.

Mientras tanto el recuerdo a un aventurero, Elcano y a otros diecisiete héroes que dieron la vuelta al mundo y que llegaron agotados a Sanlúcar de Barrameda. Recuerdo que hoy día luce como Samotracia en la marinera Getaria. Cada cuatro años su recuerdo vuelve a recorrer las calles de esta joya costera.

1.LA EXCURSION.

Vamos a unir mar y monte en esta ocasión. Y lo haremos en una excursión tranquila que requiere algo de forma para caminar por un Parque Natural muy bello pero que suelen olvidar los guipuzcoanos pese a quedar muy cerca de localidades más turísticas como Zarautz o Getaria. Sin embargo lo que encontraremos en su interior es único.

Este Parque perteneciente a Aia, bello pueblo guipuzcoano, tiene hasta 1335 hectáreas repletas de hayedos, tejos, acebos o encinas como testigos de la inmejorable vida que aquí aguarda a corzos, jabalíes e infinidad de aves. La vida humana en este parque la reflejan sus cuevas, monumentos megalíticos, molinos y ferrerías importantes como la de Agorregi que visitaremos sin duda.

Hay puntos de Patrimonio Natural como el tejo de Behorbarrote, hayedos, encinares y dolinas, así como es refugio de razas en peligro de extinción como las vacas betizus, reducto que queda en Euskal Herria del toro salvaje o uro y los caballos pottokas, caballo autóctono, rústico y muy fuerte.

Un enclave bellísimo que rematan el Jardín Botánico de Iturrarán con más de 5000 especies vegetales y aldeas como Laurgain que merecen una parada. Tras pasar una mañana entera recorriendo el parque comeremos en Aia para bajar a la tarde a Getaria y se hace bueno, darnos un baño en la playa de Malkorba.

Getaria es uno de esos pueblos que atrae solo ver su estampa y que en verano, asomados a lo alto del Monte San Antón que da forma al ratón, veremos uno de esos atardeceres que no olvidaremos jamás.

  • Espectacular foto aérea de Getaria, obra de Pedro Domeq.

2.EL RECORRIDO.

Recorrido asequible y relajante que me permite caminar primero por los terrenos del Parque Natural de Pagoeta a través de un bosque muy bello y terminar la jornada en uno de los pueblos más coquetos de cualquier costa, Getaria.

Iniciar la ruta hacia las 09,00 horas será más que suficiente saliendo de San Sebastián por la autopista de Bilbao y desviándome en Orio después de diez kilómetros. De Orio sigo ahora por la carretera de Zarautz hasta el alto de Zudugarai y ahí mismo entro a la izquierda en la carretera del Parque Natural que me conduce hasta Aia.

A mitad camino y después de pasar algún merendero veré la entrada a Iturrarán que me deja en pleno parque donde dejaré el coche si todo va bien hacia las 09,40 horas. Pero saldré andando hacia la carretera siguiendo 500 metros hasta la aldea de Laurgain que merecerá la pena ver.

  • 2.1. Laurgain.

Un breve tramo de pista me deja en esta aldea con bellas casas rurales y sobre todo unas espectaculares vistas sobre todo el valle dominando el pueblo de Aia que quedará justo enfrente. Un senderito me dejará en diez minutos entre grandes árboles que parece van a hablar en cualquier momento en el Humilladero de Laurgain.

  • 2.2. Humilladero de Laurgain.

Es posible que con presencia de alguna pottoka muy dócil llegue a este lugar que parece perdido en el tiempo. Un pequeño templito con una gran cruz que servía de humillación de los vecinos de Laurgain cuando cometían algún pecado. Lo hacían delante del resto de vecinos que subían acompañándole. Mayor humillación no cabe.

Cuentan que entre los vecinos apareció la primera Vieja del visillo, personaje que más tarde hiciera famoso José Mota. Vuelvo por el mismo camino después de una horita de recorrido muy suave incluidas las paradas para disfrutar del entorno y para las fotografías.

  • 2.3. Parque de Iturrarán.

De nuevo en el parque inicio el paseo por esta maravilla natural que guarda miles de especies florales, árboles, colmenares, molinos, ferrerías antiguas, todo entorno al agua que por momentos creará riachuelos sacados de cuento. En el mismo aparcamiento notaré la presencia de vegetación procedente de todo el mundo.

Más de 5000 especies divididas en ocho zonas: robles, arces, mimosas, flora mediterránea, brezos, coníferas, olmos y nogales, además de mitres, cerezos y palmeras. Sirve de oficina de información un caserío del siglo XVIII que mantiene su estructura original de maderEste jardín botánico celebra su Feria de las Flores en la última semana de Abril aunque los accesos queden cortados a coches, hay autobuses lanzaderas. En el mismo parque hay un merendero con parrillas y juegos para los niños por lo que es muy frecuentado por familias.

  • 2.4. Ferrería de Agorregi.

Desde Iturrarán sale el sendero circular que en dos horas de paseo me lleva a la Ferrería, a los molinos y al colmenar, aunque perfectamente podré hacer el recorrido al revés. Tiene un pequeño desnivel de unos cien metros por lo que es perfectamente asequible.

La ferrería es uno de los espacios más recomendables de nuestra geografía. En el fondo de un vallecito, un gran edificio de piedra a la sombra de grandes hayas y abetos que parece jugar con el agua procedente de un arroyo y que atraviesa varios pisos creando curiosas cascadas. Este original aprovechamiento del agua es lo que le hace diferente a otras ferrerías.

Fue propiedad del señor de Laurgain en el siglo XVIII para elaborar el hierro. Todavía hoy se puede ver mediante visitas guiadas su martillo gigante golpear el metal y su enorme fuelle que avivaba el fuego tal cual se hacía en aquellos años. En las cercanías, algún molino, puentes de madera y hornos le dan un toque tan especial que será difícil si voy con niños jugar a encontrar a David el gnomo.

No hay que olvidar en las cercanías del Centro de información, el colmenar, donde aprenderemos la organización de las abejas en sus colmenas y la forma de fabricar la miel tan valorada en esta zona.

  • 2.5. Aia.

Es el pueblo que domina todo el parque natural a la sombra del monte Pagoeta y del cercano Hernio. Un pueblo colgado al valle y del que ya hemos tenido una vista perfecta desde Laurgain.

De nuevo en la carretera terminamos de subir cinco kilómetros más hasta este pueblo que el fuego destruyó en 1597, de ahí que muchas casas sean del siglo XVIII. Destaca la Iglesia de San Esteban del gótico vasco, un nuevo humilladero, la curiosa cubierta del frontón donde se juegan los fines de semana importantes partidos de pelota así como el arrastradero donde hay concursos de deporte rural.

Además de las vistas hacia la costa destacan importantes y bonitas casas como la de la Serora, la del Herrero, la Gilisagasti. Conviene dar un pequeño paseo por este pueblo cuyo territorio es el mayor de Gipuzkoa.

Será la hora de la comida así que no será mala idea comer aquí.

Hasta aquí la primera parte de la ruta, llega la tarde y completamos la jornada en Getaria. Para ello volvemos por la carretera que me ha traído hasta Aia justo hasta el cruce del Alto de Zudugarai. Giro a la izquierda buscando Zarautz y en tres kilómetros estaré en este pueblo que ya tiene su apartado en otra ruta.

Por la carretera de la costa llegaré en media hora desde Aia a uno de los pueblos más recomendables de nuestra costa y de todo el Cantábrico.

  • Foto : Sonia Urreizti.
  • 2.6. Getaria.

Como siempre en estos pueblos lo mejor es vagar por las calles, perderse disfrutando del sabor a mar, de las brasas que llegarán de besugos y rodaballos de sus afamados restaurantes que las preparan a la vista del paseante. La jornada se la planifica cada cual en función del día que salga, de si merece la pena un bañito en sus playas, de si me apetece ver el Museo Balenciaga, de seguir paseando hasta el ratón, el conocido ratón de Getaria con su quesito incorporado, de si prefiero ver la curiosa Iglesia de San Salvador con su planta inclinada o simplemente perderme entre las tascas para saborear txakoli.

Getaria histórica, cuna del primer marino en dar la vuelta al mundo, Juan Sebastián Elcano, cuyo recuerdo vemos en cada esquina, cuna del modista que marcó una época, Cristóbal Balenciaga, cuyo museo es uno de los más bellos que puedan verse. Getaria rica en cultura, en fiestas, en gastronomía presidida por el txakolí.

  • 2.7. Una visita a Getaria.

La visita pausada, empiece por donde empiece, tendrá estos puntos obligados desde la parada de autobús, paso de la carretera Zarautz – Getaria, en plena plaza del pueblo y a la vista de la escultura de Juan Sebastián Elcano. Un poco antes, está el recuerdo de su hazaña, con los nombres de los marineros que completaron la gran gesta de dar la vuelta al mundo en la nao Victoria entre 1519 y 1522.

Llegaron a Sanlúcar de Barrameda pero en Getaria cada cuatro años se conmemora esa llegada con una simulación del desembarco donde Elcano besa tierra y los marinos supervivientes, harapientos, llegan hasta la plaza tras pasar por la calle Mayor y bajo la Iglesia de San Salvador. 2018 fue la última así que si es cada cuatro años vayan sumando.

Subir al mirador que hay junto a la escultura, a modo de victoria de Samotracia, obligará sin duda a seguir sacando fotos. Bajo por la empedrada Calle Mayor con la vista de la torre de la Iglesia de San Salvador, de bellísimas vidrieras, una de las joyas góticas de Euskadi y monumento nacional.

Bajo la Iglesia sigue por un pequeño túnel la calle Mayor junto a una pequeña ermita y los restos del poblado que dio origen a Getaria en uno de los rincones más pintorescos que encontraré en todo el País Vasco.

Enseguida un pequeño puerto con barcos de colores verdes, azules, rojos, negros que con suerte veré entrar o salir cargados de anchoas, otra tentación de Getaria. La tranquila playa de Malkorba y sus arcos bajo la carretera al abrigo del puerto me tentará, con buen tiempo, a darme un baño.

Subo ahora al Monte San Antón, o lo que es lo mismo, al del ratón, parque natural, con empinadas cuestas que llegan primero hasta el faro y después hasta la cumbre. Las vistas son maravillosas. Al este, toda la costa desde Las Landas hasta Getaria. Y al oeste, otro tanto desde Getaria hasta Ondárroa. A un lado la citada playa y el puerto, al otro lado la otra playa, Gaztetape, más azotada por las olas e ideal para surfistas. Al fondo, los viñedos de Zarautz, Getaria, el Valle de Askizu, en un deleite para la vista difícilmente superable.

  • 2.8. Museo Balenciaga.

Regreso ahora para subir de nuevo hasta la plaza y esta vez, más arriba todavía, el espectacular Museo Balenciaga, en recuerdo al gran modista natural de Getaria, Cristóbal Balenciaga.  Más de 3200 vestidos en su sótano, de los cuales y en exposiciones itinerantes, se exhiben unos 300. La exposición de esta temporada 2019 es “ Moda y Patrimonio. Contextos “ en conmemoración de los 50 años del retiro del modista.

Una gran sala rosa me ofrecerá un documental de la vida de Balenciaga y después podré incluso llegar a vestir alguno de los modelos que iré viendo en una visita guiada que merecerá la pena seguir.

La ruta concluye como cada cual elija. Si la noche de verano me invita a quedarme aquí, me daré cuenta de que Getaria bulle fiesta y ambiente.

3.A TENER EN CUENTA.

  • La Feria de las flores de Iturrarán se celebra el último fin de semana de Abril. Es un buen momento para ver en un gran ambiente infinidad de puestos de flores. Se corta la carretera de todo el parque aunque autobuses lanzaderas me llevan desde Orio o Zarautz. Habrá mucho público pero eso sí, se vive un gran ambiente. Por el contrario, se suele cerrar el circuito de la ferrería y colmenar.
  • El otoño también es buen momento para ver este parque pues las hojas de los árboles se pondrán de colores.
  • En Getaria como en cualquier rincón turístico del mundo es difícil aparcar y más a la hora que llegaremos así que paciencia.
  • En cualquier restaurante podré cenar o en cualquier bar tapear, los hay de todos los precios. Típico donde los haya, el Itsaspe, para su famosa tortilla y cómo no, un vasito de txakolí. Y no es publicidad, que será lo primero que habréis pensado, pillines.
  • En proyecto a través de Albaola, la reconstrucción de la nao Victoria. Hoy día se termina en este museo la nao San Juan, ballenero de Pasaia hundido en las costas de Canadá. La réplica se hace siguiendo las técnicas de construcción de barcos antiguas. Una vez botada esta nao se empezará con la Victoria. El recuerdo de una gran gesta debe quedar para siempre en la memoria de sus familias y de todos nosotros.

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