RODEANDO EL HERNIO. DE AZPEPEITIA A TOLOSA. RUTA 11.
El centro de Gipuzkoa.
- Foto portada : Valle de Régil, Errezil. Daniel Hierro. Quebrantavuelos.
CAPITULO 11 DE NUESTRO LIBRO » 20 RUTAS FASCINANTES POR EL PAIS VASCO «
Domina el Macizo del Hernio y su caliza cumbre los valles del Urola y del Oria. Si las piedras hablaran qué no contaría el Hernio, testigo mudo de mil historias, testigo mudo de una batalla entre otras muchas que libraron en sus faldas romanos y vascones habitantes de estas tierras de ambos valles.
Y me cuenta el Hernio que fue una batalla dura como pocas, entre dos ejércitos salvajes que dejaron los verdes prados bañados en sangre. Tuvieron que retroceder los romanos ante el empuje de este pueblo que guardaba su tierra.
Me cuenta también que mucho antes, milenios atrás, estos habitantes que en cuevas vivían pintaban caballos y bisontes en sus paredes y me cuenta que en su día vio hospedarse por aquí, en una de sus ventas, a San Ignacio en el camino de París a Azpeitia. Me cuenta el Hernio, amable, que ha visto miles de pastores con sus rebaños trashumantes cruzar las laderas por el vecino Zelatun, igual que ha visto al Señor de Laurgain montar su ferrería. Pastos y hierro en una tierra dura en la que fue difícil vivir.
Y me cuenta el Hernio junto a su blanca cruz que ahora sigue recibiendo la visita amable de cientos de montañeros, de familias enteras, que suben hasta aquí de romería para cumplir sus tradiciones y rituales como el de cruzar los anillos que cuelgan de una cruz para curar el reuma. Como ve a sus gentes recolectar con esmero la manzana, tesoro de esta zona rural.
Pero sobre todo me cuenta el Hernio que aquí está encantado pues pocos lugares en el mundo permiten ver tan fácil un paisaje de tanta belleza. Aprovecho para comprobarlo y en efecto, veo la costa, veo parques naturales, montañas elevadas, sierras amables, colinas onduladas que juegan a toboganes, valles y ríos caudalosos en cuyas orillas descansan poblaciones de ensueño.
Frente a mí la costa, sus playas, sus acantilados, sus flysch, sus tesoros ocultos. A un lado, un poco más abajo el Parque de Pagoeta con sus flores y sus ferrerías. Al otro lado, el valle del Urola con el Santuario de San Ignacio de Loyola. Y por este otro lado, el del Oria con su Tolosa bulliciosa. Más al fondo las cumbres del Aitzkorri y las de Aralar. Y justo debajo otro valle más, el de Erregil, que me lleva del Urola hasta el Oria.
Difícil un escenario donde ver tantas cosas a la vez. Veo religiosos que entran y salen de la Basílica como esa monjita que baja las escaleras mientras le sacan una foto de tonos grises. Peregrinos que llegan a la Basílica de enorme cúpula para empezar el Camino Ignaciano que les llevará hasta Montserrat.
Veo trenes que vienen y van sonando el chiflo y lanzando humo. Veo cientos y cientos de títeres en el teatro de sus sueños como Pinocho que aparece y desaparece en una sillita. Veo golosos que meten el dedo en el chocolate de las afamadas pastelerías.
Huele a mercado de flores, a manzana, a compota, a chocolate, el blanco y el negro, a turrones de mazapanes, a xuxos, a la brasa de la txuleta, a las alubias tan famosas con todos sus sacramentos, todos, que no falte uno.
Por algo el Hernio está en el centro de esta provincia maravillosa. Voy a bajar hasta el fondo de estos valles.
- Tolosa. Foto : Charli Lekube.
LA EXCURSION.
Os propongo ahora una ruta sencilla para hacerla en coche que podría complementarla con la ascensión de una hora y media a la cumbre emblemática del Hernio, el balcón de Gipuzkoa, montaña que todo guipuzcoano habrá subido al menos una vez en su vida. Si me olvido de la ascensión, bien porque el reloj me dice que ya ando tarde, bien porque el día amenaza lluvia o bien por mi estado de forma o el de los que me acompañan, no importa, la ruta es lo suficientemente divertida como para que guarde esta jornada entre las mejores de mi vida.
De cualquier forma, la ruta girará por ambos lados de esta cumbre que también tiene sus leyendas y que viene a marcar prácticamente el centro de la provincia. Primero por Azpeitia donde pasaremos la mañana y luego por Tolosa donde pasaremos la tarde y donde veremos un nuevo atardecer. Aunque bien podría hacerse este mismo recorrido al revés pues se trata de una ruta circular.
En el camino veré un edificio monumental referente del País Vasco, el Santuario de Loyola, cuna del fundador de la Compañía de Jesús, San Ignacio y dos museos que harán las delicias de niños y de mayores que jugarán a ser lo primero. Dos museos, dos joyas de Gipuzkoa que deben ser visitados sin ninguna duda. Se trata del Museo Vasco del Ferrocarril en la propia Azpeitia y del Museo de las marionetas en Tolosa, llamado Topic.
No se vayan de Gipuzkoa sin ver estos dos museos y como además se pueden hacer bien programados en una jornada para recordar, muchísimo mejor. Porque además entre Azpeitia y Tolosa, me va a permitir esta ruta subir el valle de Régil y ver un pintoresco pueblo, de postal, famoso por la calidad de sus manzanas. La belleza de este entorno de montaña nada envidia a las mejores postales de Suiza. Y en el centro, el Hernio, testigo de todo el recorrido. En el lado de Azpeitia nos deja su huella en el Valle del Urola y en el lado de Tolosa, nos permite disfrutar del Valle del Oria.
Su sombra nos dirá que vamos por el camino correcto.
- Foto : Museo Vasco del ferrocarril. Mikel Gardey.
2. EL RECORRIDO.
No es tan necesario esta vez que el día esté radiante de luz aunque siempre será mejor para que brille más la montaña en el momento de subir por Régil hasta Bidania. Madruguemos que siempre es lo mejor, para entrar en la autopista y dirigirme desde San Sebastián hasta la salida de Zumaia y desde ahí por Zestoa hasta Azpeitia. En 45 minutos habré llegado a esta localidad y aparco en las cercanías de su Santuario.
Azpeitia tiene un montón de edificios singulares como la Ermita de Nuestra Señora de Olatz, las casas Altuna y Basazábal, la Iglesia de Nuestra Señora de Soreasu, el Palacio de Antxieta, la Torre Emparan y el propio Ayuntamiento que fue convento de Agustinos. Pero hoy nos centraremos en dos temas de esta importante localidad.
- 2.1. Azpeitia. Santuario de Loyola.
- Foto : Mikel Gardey.
Uno de los conjuntos monumentales más impresionantes del País Vasco como nos demostrará su vista desde los jardines. Una gran escalinata de piedra que conduce a una gran Basílica coronada por una cúpula de dimensiones gigantescas. Construido este Santuario alrededor de la Casa Torre de los Loyola, lugar donde nació San Ignacio fundador de la Compañía de Jesús.
Es del siglo XVII obra del italiano Carlo Fontana en estilo Barroco. El edificio principal es la Basílica de planta circular y una gran cúpula. En su interior entre grandiosos escudos de reyes destaca un gran retablo mayor en estilo churrigueresco. Impresiona ver su bóveda y una colección de vidrieras.
Aquí se inicia el Camino Ignaciano que une Azpeitia con Montserrat por lo que es un lugar que reúne cada día a cientos de peregrinos.
- Foto : Mikel Gardey.
Seguimos en Azpeitia y no muy lejos buscamos la entrada del Museo Vasco del Ferrocarril al que podemos ir andando en diez minutos. Ya la entrada nos dice bien claro que pasaremos la mañana en una gran estación.
- 2.2. Azpeitia. Museo Vasco del Ferrocarril.
Viajerooosss, viajeraaasss… Aaalll treeennn !! cantará la revisora del ferrocarril.
Todo es tal cual sucedía hace muchos años. Estamos ante una de las mayores colecciones de trenes antiguos de Europa aprovechando la antigua estación del Urola. Trenes, locomotoras, objetos, talleres de reparación tal cual se quedaron antes de su abandono y que todavía veremos en funcionamiento, trolebuses antiguos de San Sebastián, paradas de buses…
Una delicia muy divertida por lo que se aconseja, como toda la excursión, hacerla con niños. Lo mejor, un recorrido de diez kilómetros en el propio tren del Urola que nos hará retroceder en el tiempo. El traqueteo inconfundible, los duros asientos de madera, el ticket que entregaré al revisor, el silbato que anuncia la salida. Toda esta escena mientras el maquinista Juanjo Olaizola, creador del museo y al que se le ve como pez en el agua, no cesará de sonar el chiflo y lanzar humo en los túneles.
La visita guiada se completa con la exposición de trenes, locomotoras, vagones antiguos en el que seguro que aprenderemos cosas que no conocíamos.
Hora de dejar Azpeitia y como ya ha pasado la mañana, vuelvo al coche para dirigirme por la carretera de Tolosa al corazón de Gipuzkoa. Cruzamos así las inclinadas laderas del Hernio, primero por Régil y después por el puerto de Iturburu y el pueblo de Bidania-Goiatz hasta Tolosa.
Desde Azpeitia empieza enseguida a serpentear entre curvas la carretera que en diez kilómetros me deja a 304 metros de altitud en Régil, donde haré una parada.
- 2.3. Régil.
Bello pueblo de montaña de estampa inconfundible. Unas cuantas casas blancas y tejados del color de la tierra sobre la ladera del mítico Hernio, el balcón de Gipuzkoa. La vista de Régil desde un poco más arriba en la carretera nos hace ver un pueblo tranquilo en un paisaje de montaña de gran belleza, salpicando de numerosos caseríos el verdor de los bosques y prados.
Un solo mercado abastece al pueblo bajo los arcos del Ayuntamiento, queso, pan de caserío, todo tipo de verduras y legumbres, pero sobre todo del producto estrella de Régil, la manzana, tan solicitada para elaborar sidra o postres como la compota. El primer domingo de Diciembre se celebra la Feria de la Manzana.
No faltan las leyendas de batallas como la que libraron más arriba en el Collado Zelatun los romanos y los habitantes de Régil.
Queda por subir un poco más hasta el puerto de Iturburu, a 550 metros de altitud, no sin antes ver en varias curvas que hacen de miradores, las espectaculares vistas de todo este valle a la sombra del Hernio.
- 2.4. Hernio.
Una de las cumbres emblemáticas para los guipuzcoanos junto al Aizkorri y al Txindoki. La cumbre del Hernio y sus 1078 metros de altitud es de fácil acceso y muy transitada por familias no sin el lógico esfuerzo propio de una montaña. Macizo formado por calizas de arrecifes bien visibles en la cima.
Testigo de la calzada que desde Irún se dirigía a Azpeitia y paso de la trashumancia que del interior, buscaba la costa. Actualmente son numerosos los excursionistas, familias enteras, que llegan cada fin de semana hasta sus 1078 metros. El paisaje que domina toda Gipuzkoa merece el esfuerzo.
Desde Iturburu en la zona conocida como Trinchera, antiguo parador de turismo es el acceso más fácil para subir a la cumbre. Desde aquí se ve la bella cima caliza y el sendero que conduce a ella en una excursión de 500 metros de desnivel y hora y media aproximadamente de caminata.
El balcón de Gipuzkoa está aquí arriba y casi es el mismo centro geográfico de la provincia. Cerca de la cumbre que llegó a estar rematada por una treintena de cruces, queda el Collado Zelatun donde están los aros rituales con poderes curativos del reuma. Son frecuentes las romerías hasta la cumbre del Hernio.
Por razones de tiempo no subiré a la cima aunque si el lector lo desea y con una buena programación y sobre todo forma física podría incluirla en la ruta que les proponemos. Con la compañía inevitable de un día despejado tendré que calcular tres horas entre subir y bajar. Si no es así, gano tiempo para bajar en dos kilómetros más con el coche hasta un bellísimo rincón de Gipuzkoa.
- 2.5. Bidania – Goiatz.
Nos encontramos en un pequeño altiplano en el que la carretera traza una recta de unos tres kilómetros. Ante nosotros una zona muy verde con pequeñas colinitas que parecen bajar revueltas del Hernio. En realidad se trata de la unión de dos pueblos que ha llegado a llamarse Bidegoian aunque hoy día parece que prefieren asumir sus habitantes el nombre de Bidania – Goiatz.
Sería el pueblo más elevado de Gipuzkoa a 485 metros y casi el centro geográfico. Un breve paseo por aquí entre alguna casa señorial como el Palacio de Iriarte y el frontón será un momento de la ruta que apuntaremos bien en la memoria.
Tras pasar esta recta de Bidania – Goiatz empiezo a bajar hacia Tolosa en cinco kilómetros de mucha inclinación. En plena bajada dejaré a la izquierda el pueblito de Albiztur famoso por sus alubiadas. Ojo que siendo hora para comer podría hacerlo aquí y si no previamente en Bidania – Goiatz o más tarde en Tolosa y sus numerosos restaurantes afamados.
- 2.6. Tolosa.
Fue la antigua capital de Gipuzkoa y villa muy importante de paso entre el Reino de Castilla y Francia. Un pueblo rodeado en realidad de dos ríos, el visible Oria, muy caudaloso en días de lluvias que parece pasar bajo los arcos del Tinglado, mercado vistoso y llamativo en una estampa muy fotografiada y el casi invisible Errentegibel.
Tolosa tiene un casco antiguo muy bello por el que pasearé despacio disfrutando de edificios como la Iglesia de Santa María, el Ayuntamiento o la Plaza Euskalherria. Es Tolosa pueblo de dos museos muy importantes, para los glotones será un paraíso ver el Museo Gorrotxategi con todo tipo de dulces y pasteles muy famoso en Gipuzkoa (tejas y canutillos ) aunque reabre en 2020 y sobre todo el Museo de las marionetas, el más recomendable de toda la provincia donde niños y mayores, en porcentajes iguales, disfrutarán sin duda.
En pleno centro de Tolosa, en la Plaza Euskal Herria veré una sugerente fachada que invita a entrar. Tolosa es centro mundial gracias a su Festival de Títeres y cada año el pueblo se adorna en las calles con marionetas.
Es el Topic, el museo de las marionetas, el que nos hace volver a la infancia. Y seremos más felices que los propios niños.
- 2.7. Museo Topic de Tolosa.
“El títere no es solo un muñeco, es un muñeco que tiene vida. Y quién se la da? La emoción de quien lo mueve y la emoción de quien lo mira “
Es alguna de las frases que escucharemos al entrar en este pequeño teatro que en varios pisos nos lleva de sala a sala, después de que en la entrada nos reciba y nos de las debidas explicaciones de comportamiento, la mascota del Museo, Mariona. En el recorrido títeres y marionetas de todo el mundo, grandes como el gigantesco elefante y pequeñas como un dedo pintado con dos ojos.
Todo es fantasía y emoción. La que llevamos encima en cada puerta que se abre. Pinocho tiene su rincón, Colorín sigue dando con su garrote a la bruja, teatros, visuales, juegos de luces.
De cuando en cuando, conviene estar atento al día, se organizan visitas guiadas y teatralizadas y en el museo se organizan talleres para los más pequeños que en cierto modo, ese día, lo somos todos.
- Foto : Charli Lekube.
Dejamos Tolosa, la noche apremia y con permiso del reloj podría rematar la jornada con otro rincón fantástico donde podré disfrutar de una bonita puesta de sol. Para ello saliendo de Tolosa por la comarcal a Anoeta-Irura, me desvío hacia Hernialde.
- 2.8. Hernialde.
Una diminuta población en un alto que me permite ver enfrente un monte que da sombra a Tolosa, otra ascensión emblemática para los montañeros, sobre todo los locales, el Uzturre ( 730 metros ) y su ermita de Izaskun.
Veremos en la cumbre la inconfundible gran cruz que remata esta montaña. Con el sol apagando el día será otro momento inolvidable dando por terminada la ruta de hoy. De Hernialde, o de Tolosa mismo tan solo nos quedarán 25 kilómetros por la autovía pero tampoco sería mala idea volver a Tolosa, cenar y seguir paseando tranquilamente por sus calles llenas de ambiente.
3. A TENER EN CUENTA.
- Al ser un recorrido circular se podría hacer al revés, si vamos primero a Tolosa temprano para aparcar sin problema y ver el Topic por la mañana disfrutando de esta localidad que en los fines de semana celebra su mercado en el Tinglado. A mediodía puedo subir hasta Bidania-Goiatz y bajar hasta Azpeitia para ya a la tarde ver el Museo Vasco del Ferrocarril y después, el Santuario. En este caso me olvido del atardecer en Hernialde.
- El complemento de subir al Hernio me llevará tres horas entre subir y bajar, lo que puede alargar en exceso la ruta. Es una subida sencilla, apta para menores aunque siempre serán 500 metros de desnivel desde la salida bastante empinados. De cualquier manera mejor será dejarlo para otra ocasión. Un buen plan muy habitual para excursionistas sería subir al Hernio a primera hora de la mañana y luego pasar el resto del día en Tolosa o en Azpeitia.
- Asegurarse de víspera de los horarios de museos y reservas pues en el caso del Museo del Ferrocarril, en verano, suele estar muy concurrido.
- Cualquier pueblo es válido para comer pero apuntad algún bar o restaurante de Bidania – Goiatz, o Albiztur con sus familias. En Tolosa hay sitios de sobras muy afamados. Para alubias, el Frontón y para chuletones, Casa Julián. Por si acaso reservar de víspera teniendo claro en todo momento el respeto a los horarios.
4. HOJA DE RUTA.
- Salida de San Sebastián, 08,15 horas.
- Llegada a Azpeitia, 09,00 horas aparcando cerca de los museos.
- Paseo y Santuario hasta las 10,15 horas.
- Entrada al Museo del Ferrocarril (en verano), 10,30 horas. Hora y media la visita aproximadamente.
- Llegada a Régil, 12, 30 horas y paseo hasta las 13,30 incluyendo alguna parada que haré para fotografiar el pueblo según suba la carretera.
- Bidania – Goiatz hasta las 14,30. Comida aquí mismo, en Albistur o en Tolosa.
- Visitamos Tolosa entre 16,30 y 18,00, paseando tranquilos por su mercado y su casco viejo.
- Museo Topic de 18,00 a 19,30. Tómese con calma la visita y procure sacar mil fotografías.
- Hernialde, 20,00 horas. Busque las zonas más elevadas con mejores vistas. Café o un refresco en el bar del mismo Ayuntamiento.
- Regreso bien a San Sebastián o bien de nuevo a Tolosa hacia las 21,00.
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