SAKONETA, DONDE LAS PIEDRAS HABLAN. Ruta 9.

Un recorrido para disfrutar del geoparque de la costa vasca.

  • Capítulo 9 de nuestro libro » 20 RUTAS FASCINANTES POR EL PAIS VASCO «

Y ahora desafío al vértigo en la punta de Algorri, espolón de apenas tres metros de anchura que termina de forma brusca precipitándose al mar. Pared vertical de 40 metros de altura a mi derecha, prados verdes a mi izquierda en un curioso vallecito. Pero la misma punta del espolón impone. El precipicio en cada esquina.

Sentarse aquí a ver la puesta de sol es volver a soñar. No hay un día del año sin que se vea la silueta de alguna pareja. El amor frente al vértigo cara a cara. No hay escenario más prodigioso en un largo acantilado de trece kilómetros que sirve de estantería a la mayor biblioteca geológica de la tierra. Toda la historia de la tierra está aquí y se puede tocar con la mano. Se ve, se palpa y hasta se escucha.

Cierro los ojos y retrocedo en el tiempo diez millones de años, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta y hasta más de sesenta millones. Es abrazar este hojaldre gigante y enseguida me cuenta cómo un meteorito cae y extingue a los dinosaurios. Me separo asustado y vuelvo a abrazar el milhojas no sin cierto temor. Ahora veo el calentamiento climático que hace subir el mar decenas y decenas de metros y después veo un plegamiento de placas que levanta capas de sedimentos dejándolas casi verticales. Fósiles por doquier, habitantes del cretácico de hace setenta millones de años. Formas de vida antigua que nos han dejado su selfie particular.

Pero ahora quiero volar hipnotizado por la belleza de estos acantilados vestidos de verdes praderas y me detengo en una cala que parece de otro planeta, un escenario de película de fantasía. Más historia, más belleza, líneas alargadas de roca afilada semejando lápidas de un cementerio antiquísimo. En mis sueños veo una de ellas en la que pone “ aquí yace el Cretácico “, en otra pone “ aquí están los restos del Eoceno “ , más rotunda la siguiente “ Iridio y el fin de los dinosaurios “

Y así una tras otra en una pesadilla que sin embargo parecía amable hasta que unas piedras caen del acantilado, pared vertical donde se retuercen las hojas del libro geológico. Las toco y me siguen hablando y me dicen que en unos años todo esto se lo habrá llevado el viento y el mar, tan violento en esta zona en los temporales de invierno.

La marea baja me deja al descubierto la rasa mareal más imponente que recuerdo y la aprovecho mientras el nuevo cambio climático haga de las suyas. Se pone el sol y las paredes de piedra se vuelven naranjas dejando Sakoneta y sus lápidas como el lugar donde las piedras hablan.

  • Foto : Jose Luis Diz.
  • LA EXCURSION.

Con Sakoneta como el lugar al que siempre regresarás os llevo en esta ocasión a la línea de costa más espectacular sin duda alguna de todo el Cantábrico y posiblemente de cualquier costa del mundo. Si me dan a elegir un sitio concreto, un rincón único en todo el País Vasco este sería Sakoneta. Pero eso sí, con los condicionantes de marea baja y atardeceres de Mayo a Setiembre.

No hay nada igual porque además de la belleza del lugar podemos ver en sus paredes y suelos todo un gigantesco libro abierto, la historia geológica de nuestro planeta de principio a fin. Quizás el turista conozca más la ruta de los flysch por la playa de Itzurun en Zumaia y la ermita de San Telmo como vigilante pero al quedar más alejada y con peor acceso, Sakoneta se conoce menos a cambio de que una vez allí estarás en la soledad casi absoluta.

Los flysch de este Geoparque se extienden en trece kilómetros de costa desde Zumaia a Mutriku pasando por Deba y aunque parezca mentira en su playa de Itzurun en Zumaia puede leerse toda la historia geológica de la tierra. Todo un documental en un libro tallado hoja a hoja por cada Era geológica. Primero bajo el mar y luego muy por encima de él. Un mar que en cada temporal vuelve a cincelar el acantilado.

Sesenta millones de años tienen aquí su álbum fotográfico. Y los bañistas de la playa tienen ante sí las placas del Mesozoico, las del Cretácico y hasta la línea de silicio procedente del meteorito que extinguió a los dinosaurios hace ya más de sesenta millones de años. Algún bañista hasta llega a dejar la toalla colgada de la roca junto a algún fósil. Hay tantos que hasta se descubrió un icnofósil similar al más antiguo de la historia y que data de hace trescientos millones de años.

Nada hay más bello que un atardecer en los flysch de Itzurun cuando la resaca del mar deja un espejo sobre la arena donde se refleja el acantilado. Si no era poco con uno, ahora lo veo doble.

El Geoparque es también la zona de montaña del interior, un terreno kárstico erosionado por dentro como un queso de Gruyere de ahí la importancia de sus cuevas como la de Ekain, Patrimonio de la Humanidad.

Pero ahora sigamos las indicaciones para hacer una excursión tan sencilla como inolvidable si el tiempo y las mareas (ojo con ellas ) acompañan, viendo no solo los flysch sino pueblos maravillosos como Zumaia, Deba o Mutriku de gran tradición marinera. Esta vez con el coche de compañero para los traslados y teniendo en cuenta que me llevará la jornada completa.

La playa de Itzurun y su ermita de San Telmo escenario de cine tan dispar como “Juego de Tronos” o los “ Ocho apellidos vascos” hará de inicio y final, primero con las luces del amanecer y de remate las del atardecer.

2. EL RECORRIDO.

Tengamos claro que el motivo principal de la excursión es la cala de Sakoneta y que a ella llegaré con la bajamar para disfrutar de su rasa mareal. Cuanto más baja la marea mejor por lo que si son mareas vivas veremos más amplia la cala. Caso contrario le veré cubierta de agua, no podré acceder por abajo y me limitaré a imaginarla desde el sendero que sube a lo alto del acantilado, también con vistas prodigiosas. Por lo tanto, una bajamar de mediodía sería lo ideal para triunfar en la excursión y de esta forma a la tarde cuando regrese a Itzurun tendré la marea bajando y con suerte poder jugar con los reflejos.

Salgamos en coche rumbo a Zumaia por la autopista desde San Sebastián llegando en 35 minutos. Como son las 09,00 horas aparco sin problema cosa que siempre se agradece.

  • 1. Playa de Itzurun en Zumaia.

Dejo para la tarde la visita a Zumaia y voy directo a la playa de Itzurun en un paseíto de apenas cinco minutos. Ya el mirador que fue almenado en los “ Juegos de Tronos “ me permite ver el espectáculo tan importante a nivel mundial y la belleza del espolón de paredes que parecen caerse a cachos.

En función de la marea elijo si ir primero al espolón cuyo inicio está en la ermita de San Telmo y luego bajar a la playa o al revés. Haga lo que haga, éxito seguro aunque si doy tiempo a que la marea vaya bajando para ver más cuevas en la playa tendré que ir primero por el espolón. Para ello busco el camino evidente hacia la bella ermita blanca de San Telmo dedicada al patrón de los marineros con un tablón policromado del siglo XVIII.

Queda literalmente colgada al acantilado y las vistas desde aquí son increíbles. Hasta en las propias losas del suelo del mirador se ven icnofósiles de hace millones de años.

Desde aquí el senderito me lleva sin pérdida y durante diez minutos hasta el final del espolón de Algorri, eso sí, superando los problemas de vértigo.

Las vistas desde aquí son únicas. No es de extrañar tanta pareja de enamorados en la misma punta viendo el atardecer en cualquier época del año. A la derecha, Itzurun y a mi izquierda toda la costa hasta Deba y Mutriku.

Por arriba del acantilado la pradera verde con vacas y ovejas pastando con el marcado sendero del Camino de Santiago, duro, desde Zumaia a Deba. Por abajo y con grandes placas recién caídas por la erosión, una pequeña calita que con la marea baja nos deja al descubierto otro libro más de la biblioteca geológica. Al fondo y siguiendo la línea de costa, toda la belleza de esta rasa mareal que ya empieza a asomar distinguiendo Sakoneta.

Merecerá la pena bajar aquí por unas escaleritas e intentar distinguir (mejor con expertos ) la línea de iridio que extinguiera a los dinosaurios. Pero ahora vuelvo atrás para bajar a la playa de Itzurun a la que he dado un poco más de tiempo para exponerse según baja la marea. Paseo por la arena mientras disfruto del paisaje, toco las paredes del flysch, comprobaré que me hablan, busco entrar en las cuevas y sobre todo daré trabajo a mi cámara de fotos.

Sobre las 11,00 horas intento salir hacia Sakoneta.

  • 3. Sakoneta.

Tomo la carretera de Zumaia a Deba subiendo hacia el alto de Itziar. Desde Zumaia apenas diez kilómetros. En plena subida dejo a la derecha el cartel de Elorriaga que como complemento podría seguir pero habiendo ganado tiempo en Itzurun y más bien a la carrera. O quizás podría dejarlo para la vuelta. En un kilómetro me lleva al barrio de Elorriaga muy bucólico y pastoril con bar donde podré reponer fuerzas. Un sendero muy marcado y visible me lleva por una hermosa campiña atlántica hasta el gran mirador del Geoparque, de nombre Baratzarrak. Son apenas setecientos metros de paseo casi llano pero tengo que calcular bien el tiempo y dirigirme a Sakoneta.

Dejando pues la desviación de Elorriaga sigo subiendo hacia Itziar y encontraré otro cartel naranja de Geoparque que me llevará al merendero Errota Berri. Es una pista de cemento apta para coches que en un kilómetro de quitar el hipo me lleva al merendero donde podré almorzar a la vuelta.

Si todo va bien ya estaremos en las 11,30 y siguiendo las indicaciones camino poco menos de media hora y entre las alisedas del río hasta una zona abierta de verdes praderas. A la derecha podré subir en dos pasos al Mirador de Portu Txiki y por la izquierda sigo el camino que en cien metros me deja en Sakoneta, ya en el término municipal de Deba.

En realidad es un conjunto de tres calas que no hay que confundir, Sakonetaurrea a donde llega el río de ese nombre (“el río que llega”) y que es la que tendré a la vista, Sakoneta tapada por el espigón de rocas que veré al frente y Mendata más hacia Deba con su bella cascada.

Una vez aquí tengo varias opciones en función del equilibrio que el visitante tenga. Lo normal es verla por abajo, por las rocas, pero para ello no tengo que tener miedo a algún patinazo entre ellas. Con cuidado bordeo la enorme pared de piedra lisa como un frontón hasta la punta de Aizkaizto y en apenas diez minutos estaré con Sakoneta a la vista y todo el esplendor de su rasa mareal. Sigo con cuidado entre ese libro abierto que sigue escribiéndose cada día hasta una especie de pequeñas avenidas muy visibles por donde podré caminar y sacar fotografías que no olvidaré.

La pared del acantilado es otra maravilla y aguanta el acoso del mar, día a día caen piedras por lo que es peligroso acercarse hasta la misma pared donde en ocasiones aflora una diminuta playita.

Si por lo que sea no puedo acceder a estas calas puedo tomar el sendero visible, de nuevo camino costero de peregrinos que me lleva a la parte alta de Sakoneta.

Ahora seré yo quien domine el mar. No hay escenario más sobrecogedor y más bello en el País Vasco. Pero como hay que tener cuidado con las mareas, calculemos el regreso y si todo va bien, hacia las 14,00 ya estaré de nuevo en el merendero a esas horas repleto de excursionistas y de familias que pasan el día con los pequeños en el parque infantil mientras se oxigenan a la sombra del encinar.

  • 4. Deba o Mutriku.

Calculando bien el tiempo tendré que elegir qué pueblo del Geoparque visitar ya que los dos será muy difícil. De nuevo en la carretera de Deba en apenas un kilómetro llegaré primero a Itziar y seis kilómetros más abajo hasta Deba. Si quiero ir a Mutriku seguiré las indicaciones durante siete kilómetros más. Ambas merecen la pena aunque a nivel de postal gana enteros Mutriku y sus inclinadas calles con casas de colores. No será fácil la elección.

  • 5. Deba.

En Deba veré dos playas según bajo desde Itziar, la primera es la de Lapari también con paredes de flysch y la más turística es la de Santiago aunque ambas estén pegadas. En Deba podré ver la Iglesia gótica de Santa María, del siglo XV, de las más antiguas de Gipuzkoa y con un gran porche alrededor del cual gira el ambiente de esta población. Un bonito paseo marítimo me invita a seguir el curso de la ría.

  • 6. Mutriku.

Si me animo a ir a Mutriku veré una población inclinada con bellas casas y edificios que en realidad merecen un día entero, villa marinera por excelencia, cuna de Gaztañeta y Txurruka con sus esculturas en recuerdo de sus gestas en la batalla de Trafalgar. Perderse entre calles o asomarse al mirador de Atxukale desde donde se avistaban a los barcos entrar.

Mutriku es uno de los pueblos más antiguos de Gipuzkoa y el último en el mapa ya que el siguiente sería Ondárroa como primero de los vecinos de Vizcaya. Casas solariegas y Palacios nos demuestran la importancia de esta villa en la que destaca en el espigón que la protege del mar su Planta de olas, la primera en Europa en aprovechar la energía de las olas. Ahí mismo se han creado unas divertidas piscinas naturales aprovechando la subida de las mareas.

  • 7. Zumaia.

Pongamos las 17,00 horas como el momento de regreso hacia Zumaia así que retrocedamos ahora. Venga de Mutriku o de Deba subo de nuevo hacia Itziar para bajar desde ahí a Zumaia. En apenas veinte minutos habré cubierto el recorrido, algo más si vengo de Mutriku. Esta vez tendré problemas para aparcar así que paso al otro lado de la ría y dejo el coche en el aparcamiento del muelle.

Buena jugada porque así me permite ver en toda su extensión esta maravilla de pueblo que es bastante más que sus famosos flysch así que me tomo entre las 17,30 y 19,30 dos horitas para disfrutar. Junto al aparcamiento veré una zona de dunas donde está la casa Zuloaga que dará un toque bello a la playa de Santiago.

Desde el puerto deportivo busco el puente de hierro para cruzar hacia la otra orilla y desde aquí veré los Palacios Zumaia y Ubillos, así como las casas Olazábal y Goiko Torre siempre con la imponente figura de la Iglesia de San Pedro. Me dirijo ahora por el paseo marítimo donde salen las motoras del Geoparque que hacen recorridos encantadores y muy ilustrativos de toda la zona. Ver los flysch desde el mar es otra gran experiencia.

En el paseo hacia el dique centenares de críos se tirarán al agua mientras salen las embarcaciones por esta bella ría que me lleva hasta su Faro. Vuelvo ahora hacia el núcleo del pueblo y busco de nuevo la playa de Itzurun.

  • 8. Itzurun al atardecer.

Si el día nos ha acompañado, el cielo está despejado y con la marea ya bajando, será un momento que no olvidaremos. Itzurun al atardecer del verano con el sol en la línea del horizonte es algo único. Por la mañana habremos visto algo diferente. Ahora parecerá otra cosa. Puedo jugar a ver el sol meterse por la campana de la Ermita de San Telmo, puedo jugar con las olas iluminadas por detrás por un sol ya más bajo, puedo buscar los reflejos de la marea que va bajando mientras deja los acantilados como una postal tan simétrica que no sabré qué parte es la de arriba y qué parte la de abajo.

Veo el sol ponerse en el horizonte y un crepúsculo azul va del claro al oscuro. Por si fuera poco, un chiringuito me permite cerrar el día con un plato en la mesa, una cerveza y hasta posiblemente en verano música chill-out, contemplando el espectáculo de los flysch ahora en sombra.

Piedras que se oscurecen después de mostrar sus galas de diferentes colores durante el día. Pero piedras que nos siguen hablando a nada que prestemos atención. Se escuchan caer algunas piedrillas. Poco a poco, lentamente. Día a día. Y si prestamos atención nos dicen que en unos años estos acantilados prodigiosos seguirán cediendo ante el empuje del mar.

Poco a poco ya no estarán aquí.

A TENER EN CUENTA.

  • Fundamental un día limpio y a poder ser en verano ya que el día es más largo.
  • Ropa deportiva y de baño propias del verano sería más que suficiente.
  • A Sakoneta hay que llegar en mareas bajas y cuanto más bajas mejor. Mucho cuidado porque ha habido más de un susto de excursionistas, familias enteras, que no han calculado bien la crecida de la marea quedándose atrapados a la espera del rescate en helicóptero.
  • La vuelta a Zumaia hay que calcularla bajando de nuevo la marea.
  • En la oficina del geoparque hay rutas guiadas y salidas al mar muy interesantes.
  • La amplia oferta hotelera tanto de Mutriku como de Deba me permite comer sin problema. Si llevo mi propia comida, la playa de Santiago de Deba será ideal.
  • El recorrido puede acortarse limitándose a Sakoneta y Zumaia siempre a voluntad del excursionista, aunque si se hace entero y el tiempo acompaña, posiblemente bendeciremos el nombre del autor.

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