SELVA DE IRATI. Ruta 16.

Un recorrido antológico desde Otsagabia, uno de los pueblos más bellos que encontraremos jamás.

Y los vientos del Oeste hasta Irati me traen. No habrá muchos lugares en el mundo donde pueda decirse que la paz es absoluta, donde las gentes sean tan tranquilas, donde paisaje y hombres se unen. Uno de ellos está aquí.

Respiro pureza en cada rincón y vuelo tranquilo. Es imposible que me canse volar viendo tanta belleza, viendo un gran bosque de hayas esbeltas, viendo cumbres nevadas, ríos de aguas cristalinas, miradores de vértigo en paisajes sacados de un cuento.

No sé si es un cuento o si vivo la realidad pero asomado en el Pico Orhi veo a Basajaun , el cuidador de los bosques, descendiente de los gentiles, resolviendo un pequeño problema entre varias ovejas, veo un grupo de lamias peinando sus cabellos en las orillas del río Urbeltza y otro grupo que canta sin descanso en su cueva de Harpea. Ya me advierte un hermoso pájaro que tenga cuidado cómo no con Herensuge, que aquí en este Pico amable tuvo su cuna y con Mari, Diosa del Olimpo vasco, que suele desatar aquí temibles tormentas. Pero de momento, disfruto.

Desde este pico con vistas maravillosas veo la Torre romana de Urkulu destruída por Hércules al gritar el nombre de su amada Pirene ya fallecida dando origen al Pirineo, veo restos de crómlechs y dólmenes alineados de forma que las estrellas les hablen. Veo bellas ermitas donde suben en romería los habitantes de esta tierra creyente que llevan nombres tan especiales como la de la Virgen de las Nieves, Muskilda. Veo almadieros que se las apañan bajando troncos por los caudalosos ríos en sus almadías de madera.

Vueltas y más vueltas doy entusiasmado con tanta belleza. Paz. Y vuelvo a volar mientras hablo con los quebrantahuesos y entro en la niebla que ya rodea las cumbres. Viene del Norte amenazante como amenazante son sus laderas que caen en vertical hacia el fondo del valle. Más suaves las del sur que caen amables hasta el tupido bosque verde de la Selva de Irati, con su embalse de Irabia, con su Ermita de las Nieves, con su cascada del cubo, Itsuosin, sacada del cuento de Hansel y Gretel.

Más abajo el pueblo más bello del Pirineo con sus tejados de pizarra en fila de a uno en las orillas del Anduña justo en el cruce con el Zatoia y que ya juntos formarán el Salazar. Veo a los danzantes del pueblo y al popular Bobo, dar colorido a las fiestas con sus trajes blancos, verdes y rojos llenos de lazos. Más arriba, la llanura del pueblo más alto de Navarra, la Abaurrea, balcón privilegiado del Pirineo. Y Orbaizeta con su fábrica de sombras en uno de los rincones más misteriosos y bellos a la vez.

Mitología, leyendas, costumbres… qué tiene este lugar que hipnotiza y que obliga a volver. Volver para jugar con los pájaros, para cantar con las lamias, para perderte en el bosque sabedor de que allí está Basajuan que si algo pasa, te ayuda. Bajo al bosque. Subo a las cumbres. Vuelvo a bajar. Vuelvo a subir jugando ahora con el viento. De nuevo en el Orhi volando, dominándolo todo. Dueño de mi propia paz.

Veo otro pájaro que viene y me invita a posarme en la cumbre del Orhi donde justo caben dos. Me dice que es el pájaro del Orhi y que es feliz. Nunca muere. Ahí está año tras años cumpliendo otra leyenda, la que dice que el pájaro del Orhi, en el Orhi es feliz.

1.LA EXCURSION.

Y feliz será el lector, así que esta vez y sin que sirva de precedente será usted quien marque el recorrido y diseñe las pautas. Un gran ejercicio que tengo que reconocer me entusiasma, diseñar el camino con mis apuntes, mis libros y sobre todo, mis mapas, destrozados de tanto doblar y desdoblar. Es de tanta belleza este rincón y son tantos los lugares cercanos a visitar que necesitaremos más de un día. Tres sería ideal pero dependerá del tiempo que ustedes tengan. Pese a todo les orientaremos unos circuitos que en coche y andando cubrirán nuestro apetito viajero.

Tomemos como referencia el Pico Orhi, de 2017 metros de altitud, la primera cumbre de más de 2000 metros del Pirineo viniendo del Cantábrico y al que se accede bastante fácil. Un pico cuya ascensión desde el puerto de Larrau al que accedemos en coche, apenas significa 50 minutos. Y con él, la Selva de Irati, el segundo hayedo más grande de Europa, un vergel donde respirar aire puro. Dos referencias con las que organizamos la salida. Idas y vueltas por maravillas naturales en un paisaje muy diferente al de las rutas más propias de costa o media montaña en el País Vasco.

Otsagabia será nuestro cuartel general. Un remanso de paz con el ajetreo de grupos de excursionistas que vienen y van necesitados de belleza natural. Desde ahí programaremos salidas a Orbaizeta y su Fábrica de armas, la Cueva de Harpea, Abodi, la Selva de Irati, el Pico Orhi, Isaba, la Pierre Saint Martin y el Valle del Roncal.

Estamos ahora en la alta montaña rodeados de cumbres que ya superan esos 2000 metros, cumbres nevadas incluso en verano, paisajes abiertos que se cierran en el fondo de valles muy ricos en pueblos, en cultura, en leyendas, en historia, en tradiciones, en gastronomía.

Toda esta zona de Irati la delimitan los valles de Aezkoa y Zaraitzu. El de Aezkoa con las dos Abaurreas, la Baja y la Alta, Villanueva – Hiriberri, Orbara y Orbaizeta. El de Zaraitzu, con los pueblos de Jaurrieta, Ezkaroz, Osagabia, Orontz e Izaltzu. Y ampliaremos las visitas al Valle de Isaba y al Roncal.

En las orillas de sus ríos veremos pueblos pintorescos como Otsagabia, Aribe, Isaba. Lugares mágicos y de leyendas como Orbaizeta y su antigua fábrica de armas, como la cueva de Harpea en las faldas del monte Errozate, los cromlechs de Organbide, el laberíntico cementerio de estelas de Abaurrea Alta o la Torre de Urkulu anterior a Cristo dominando un panorama de gran belleza y de fácil acceso.

Veremos rincones sacados de cuento como la propia Selva de Irati con su cascada del cubo, miradores de cortar la respiración como el de Zamariain en Garaioa o el del Valle de Isaba desde las ventas de Juan Pito. Paisajes cerrados por el bosque frente a otros cuyo horizonte no se divisa por lo lejano, dominaremos cumbres como la del Orhi, la del Monte Abodi, o el Pico Anie.

Pero sobre todo lugares de paz, tranquilos, donde respirar es ganar años de vida, donde charlar con los pastores es un ejercicio saludable, donde ver cómo se hace el famoso queso de Roncal o ver cómo bajaban las almadías es una vuelta al pasado. No cansa, no.

2.PUNTOS DE INTERES DE NUESTRO ITINERARIO.

Necesitaríamos días y días para saborear toda esta zona de numerosos puntos interesantes pero os apuntamos lo absolutamente indispensable. Nada más divertido que marcar nuestras propias rutas en función del tiempo que tengamos pero si somos hábiles y madrugamos llegaremos a la habitación felices y deseando que empiece un nuevo día. El solo hecho de ir hasta Otsagabia como punto de inicio de nuestras aventuras ya es un primer tema destacado por el itinerario que les proponemos.

• 2.1. Norte de Navarra.

Desde San Sebastián alcanzamos Otsagabia en un par de horas por un recorrido no habitual pero que les recomiendo por la belleza de los pueblos y del paisaje que veremos, tomando la autovía hasta un poco antes de Pamplona y desviándome en la salida de Berriozar, Ansoain, Villaba. 75 kilómetros hasta aquí.

Sigo hacia Olloki y por la N-135 en 16 kilómetros llegaré hasta Zubiri donde empiezo a subir el Alto de Erro que bajando por el otro lado me lleva al pueblo así llamado. Subida y bajada sinuosa de diez kilómetros en total. El panorama cambia y en una carretera de toboganes continuos llegaré en 48 kilómetros a Otsagabia.

Desde Erro sigo hacia Mezquíriz y Espinal dejando a la izquierda el cruce de Roncesvalles, lugar mítico del Camino de Santiago. Voy hacia Garralda, pueblo que parece sacado del Tirol y bajo en picado a Aribe desde donde tomaremos en una de las excursiones la carretera hacia Orbaizeta. Pero ahora sigo hacia delante por Garaioa y la Abaurrea, primero la Baja y después la Alta, que por algo es el pueblo más alto del Pirineo con sus 1032 metros de altitud.

Desde aquí un poco más hasta Jaurrieta, otro pueblo de postal y tras un descenso lleno de curvas cerradas entraré en Ezcaroz y siguiendo a mi izquierda en un kilómetro más, por fin, Otsagabia.

• 2.2. Otsagabia.

Para el autor de este libro, Otsagabia es el pueblo más bello. Hay muchos y cada cual tendrá el suyo, pero este es especial. Rodeado de naturaleza mires donde mires, de bosques que parecen entrar en las calles empedradas y que abrazan dos ríos que aquí se juntan y en los que todavía suelen verse a los niños bañarse en sus frías aguas. Las que vienen desde las cumbres del Orhi a lo largo del Anduña y las que bajan por el Zatoia salvando pequeñas cascadas desde Abaurrea y desde el Abodi.

Un pueblo que se reparte las orillas de estos ríos con sus casas blancas llenas de geranios y sus tejados de pizarra. Cuatro puentes dividen sus calles, siendo el más llamativo el de piedra, inclinado y que se cruza sobre adoquines. Casas tradicionales me llevan hasta la Plaza frontón de Blankoa donde el 8 de Setiembre bailan en las fiestas patronales los coloridos Danzantes, vestidos de llamativos trajes y dirigidos por Bobo con su capucha de dos caras.

Dominando el pueblo, la Iglesia de San Juan Evangelista y su aspecto de fortaleza. Un moderno centro de interpretación nos enseña cómo se formó toda esta zona y sobre todo, a escuchar decenas de pájaros y aves que vuelan como el pájaro del Orhi.

Madrugar y ver las primeras luces del día mientras subimos por las inclinadas calles de adoquines a pequeños miradores que iremos encontrando, será un primer ejercicio de salud. La estampa que no cansa, la de un pueblo que despierta bajo sus tejados de pizarra, con el susurro del río y los montes iluminados por el sol, primero tenues, después, radiantes.

• 2.3. Ermita de Muskilda.

En el propio Otsagabia hay que visitar su hermosa ermita en honor a la Virgen de Muskilda, patrona del pueblo y con nombre de la emblemática montaña. A la ermita se sube en romería en siete ocasiones al año, con reparto de pan y vino en alguna de ellas. El 8 de Setiembre, los mismos Danzantes suben hasta Muskilda.

Está en una pequeña colina doscientos metros por encima de Otsagabia y se llega bien por carretera a lo largo de tres sinuosos kilómetros que terminan en un merendero o bien andando desde el mismo pueblo por las calles que superan la Iglesia.

Es recomendable este paseo siguiendo las cruces del Vía Crucis. Es inconfundible la imagen de la ermita con su tejado cónico.

• 2.4. Jaurrieta.

Dejamos ahora Otsagabia para coger la carretera hacia Ezkaroz y subir cinco kilómetros de curvas hacia Jaurrieta. Desde la cumbre en lo alto del pueblo veré esta imagen de postal de un pueblo que serpentea entre las calles.

Un pueblo reconstruido tras un terrible incendio en 1880 que llegó a recaudar fondos en San Sebastián con un concierto de Julián Gayarre, tenor y actor nacido en Roncal y Pablo Sarasate, violinista y director de orquesta entre otros. Un pueblo nuevo, más moderno, con numerosos hostales, bares y restaurantes, con piscina fluvial y una bella Iglesia de San Salvador donde destaca la imagen medieval de la Virgen Blanca.

• 2.5. Abaurrea Alta.

Poco más adelante, a lo largo de un pequeño altiplano encontramos la tranquilidad de la Abaurrea Alta, el pueblo más elevado de Navarra con sus 1032 metros. Tranquilidad solo agitada por el viento pero con unas vistas bellísimas del Pirineo.

Además de las vistas del Abodi, Orhy, Anie o la Mesa de los Tres Reyes, destaca junto a la Iglesia de San Pedro, un curioso museo laberíntico de estelas aprovechando el antiguo cementerio.

Es único en el mundo y ha recuperado numerosas estelas medievales ocultas durante años. La simbología de las estelas resulta básica a la hora de entender la vida y costumbres de los habitantes del pueblo en aquellos años e incluso el poder económico de la familia.

En su posición original iremos viendo hasta 26 estelas superando con acierto el camino de su laberinto, apto también para niños que en ocasiones pueden ver aparecer un minotauro. De nuevo la mitología. Cruces griegas, latinas, estrellas de doce puntas, de cinco, flores de siete pétalos, conchas de peregrino, en un alarde de vegetación y el sonido del colirrojo tizón que nos acompañará. La recreación alegórica continúa ya que un conjunto de escaleras, puentes y pasarelas nos llevan a la vida eterna para regresar al purgatorio.

• 2.6. Fábrica de armas de Orbaizeta.

Bajo ahora hacia Garaioa donde encontraré un sendero que me lleva al Mirador de Zamariain, una roca inclinada y suspendida al vacío similar a la del Rey León. Pero dejo esta aventura para otro día y sigo ahora hacia Aribe, otro pintoresco pueblo que desde su puente seguro que fotografiaré.

A la derecha sale la carretera que me lleva primero a Orbara y después a Orbaizeta. Dejo este pueblo y sigo las indicaciones hacia la Fábrica de armas después de un tramo de carretera más estrecha de seis kilómetros. El valle se va cerrando hasta llegar a un lugar donde el reloj se ha parado, todo un símbolo del Valle de Aezkoa y de la Selva de Irati. Aquí tened en cuenta que hay que llegar temprano para evitar aglomeraciones de coches pues el sitio es pequeño.

Estamos ante los restos casi fantasmagóricos de una joya de la arquitectura industrial. Construida sobre una antigua ferrería no sin problemas, este espacio fue fábrica, Iglesia, Palacio, viviendas para los trabajadores y algún establecimiento. Siendo fábrica de municiones fue un objetivo militar importante hasta su destrucción en las guerras de carlistas y liberales.

La Junta de Aezkoa trata ahora de rehabilitarla, manteniendo la imagen de grandes muros y sobre todo, los arcos que quedan en la parte inferior por donde baja divertido el río Legartza. Una imagen muy buscada por el fotógrafo y muy clásica en toda esta zona.

• 2.7. Organbide, Cueva de Harpea, Urkulu.

Sigamos ahora la carretera. Pero por dónde ? Seguro nos haremos esa pregunta que resolvemos tomando la pista que sale a la izquierda de la Iglesia. No hay otra. Un tramo muy empinado me hace pensar en un error pero no, sigo sin miedo adelante y ya en mejores condiciones y por carretera más abierta llego primero al Collado de Azpegi y después al de Organbide donde ahí sí, se abre mucho el panorama.

Encontraré un cruce pero primero admiro el conjunto megalítico circular donde sobresale un dolmen con un ojo en la parte superior desde el que se ve la piramidal montaña cubierta de verde hierba del Errozate, con 1345 metros de altitud. Prueba a buscar esta mirada.

Si tomamos a la derecha una estrechísima carretera bajaré hasta la cueva de Harpea, otro lugar sagrado en la mitología vasca y uno de los más hermosos que podré encontrar. Tras caminar un poco llegaré a la entrada de la cueva, un lugar idílico que forma un curioso pliegue de estratos, un puentecito y alguna txabola y rediles.

Cubierto de verdes prados asoma el ojo de Harpea y un poco más abajo nace el río Errobi o Nive, el más importante de Iparralde, donde escucharemos cantar a las lamias, bellas doncellas de los ríos mientras peinan sus cabellos. Canta con ellas. Eso sí, no les quites el peine. Ni se te ocurra.

Así que sigamos el camino hasta el Collado Organbide para desde ahí seguir la carretera de montaña hasta el collado de Arnostegi siempre con unas vistas imponentes. Ahí mismo a 1236 metros de altitud dejo el coche y subo en empinado sendero apto para niños hasta la cumbre de Urkulu y sus 1419 metros.

La caminata se hace en apenas 30 minutos de ahí que sea un lugar muy frecuentado. La cumbre está dominada por un Trophaeum romano, torre circular de los tiempos del Emperador Pompeyo, fundador de Pamplona. La leyenda dice que la construyó Hércules cuando enamorado de la ninfa Pyrene tuvo un día que marcharse. Al regresar encontró muerta a su amada y al grito de Pyrene !!  golpeó a sablazos la montaña dando origen a los Pirineos y a este mausoleo que encontramos en Urkulu. Hay quien dice que la construyó Hércules y hasta los gentiles, habitantes de las montañas vascas.

• Foto : Sonia Urreizti.
• 2.8. Col de Larrau.

Desde Otsagabia tomo la carretera que busca la alta montaña y por el río Anduña me dirijo primero a Itzaltzu y después al cruce que por el Alto de Laza me llevaría hasta Isaba.

Pero este camino será otro día porque ahora subo por una bellísima carretera de montaña hasta el Col de Larrau. Previamente y ya con las vistas aéreas de la Selva de Irati veré a mi izquierda la entrada a la estación de esquí de fondo y ya casi en la cima del Col pasaré por un puente hasta entrar en un aparcamiento. Las vistas desde aquí vuelven a ser indomables.

Estamos ante el lado francés del Pirineo, más escarpado y posiblemente con nieblas, cosa que no ocurre en la ladera Sur por donde hemos venido. Suele pasar muchas veces que se sube desde Otsagabia con sol y baja por Francia entre nubes.

El Col de Larrau, Larraine, se corona a 1579 metros y es muy conocido entre los ciclistas a los que vemos subir retorcidos sobre todo desde el lado francés, mucho más duro que desde Navarra. Desde Francia serían casi 15 kilómetros con un 8% de pendiente media mientras la ladera Sur presenta una docena de kilómetros a un 6%.

En el Tour de Francia se ha pasado en varias ocasiones, la primera de ellas en 1996 fue el ocaso de Miguel Indurain que venía de ganar cinco Tours seguidos. En una etapa de 260 kilómetros con final en su Pamplona natal como homenaje no pudo con los ataques de Rijs y pasaba descolgado en una minutada por esta cumbre desde entonces mítica.

Desde aquí mismo sube el sendero que en menos de una hora me deja en la cumbre del Orhi.

• 2.9. Orhi.

Los buenos montañeros subirían desde numerosos puntos con más esfuerzo y sobre todo tiempo pero desde la cumbre de Larrau a la que he llegado en coche, merecerá la pena el esfuerzo para alcanzar el Orhi, nuestra meta y nuestro centro de base de todo este capítulo.

Un sendero muy visible y asequible sin olvidar que son 439 metros de desnivel. En poco menos de una hora estaré en la cumbre viendo por debajo la retorcida carretera que sube del pueblito de Larrau que da nombre al Col y el abetal de la Selva de Irati. Un panorama único.

El Orhi es el primer dosmil del Pirineo viniendo desde Jaizkibel y dicen que en días limpios se ve el Cantábrico. Desde aquí arriba, punto más elevado de nuestras excursiones, me siento dominador de todas las cumbres, me siento sorprendido por tanta belleza, veo pasar águilas, quebrantahuesos, veo caballos, vacas, diminutas ovejas vigiladas por perros pastores.

Pero sobre todo, me siento feliz, como el pájaro del Orhi que en el Orhi es feliz. Benditas leyendas.

• 2.10. Selva de Irati.

Desde Otsagabia sigamos ahora el curso del río Zatoia por la carretera que conduce al Paso Tapla o Monte Abodi camino de la Selva de Irati que siguiendo las indicaciones me lleva en otra bella carretera de montaña con doce kilómetros de subida hasta el Paso Tapla y en ocho de bajada hasta la entrada de la Selva de Irati y su embalse de Irabia.

Estamos ante el hayedo-abetal más importante de Europa junto a la Selva Negra. Más de 17.000 ha.sobre los valles de Aezkoa y Zaraitzu. Es el corazón de Euskal Herria, un paraíso natural donde reina la paz absoluta, donde escuchar el susurro de los arroyos y de las hojas del bosque es lo normal. En otoño una paleta de colores muy buscada por artistas.

Rodear el embalse de Irabia construido entre 1919 y 1925 es ganar salud respirando aire puro a través de un circuito señalizado sin apenas desniveles. Agua, hierba, bosque y más bosque por caminos sacados de cuento como si en cualquier instante fueran a nuestro encuentro personajes de Disney.

Un poco antes de la entrada al Parque, luce bella la Ermita de la Virgen de las Nieves y un rincón de lo más fantástico que podremos ver en esta vida y escenario quizás de la otra, está en la Cascada del Cubo o de Itsuosin.

En la misma entrada y siguiendo las indicaciones me adentro en el bosque por un sendero totalmente llano y que en veinte minutos me deja en este paraje. Una pequeña cascada que todavía era más pequeña pero el salto antiguo fue volado con dinamita para facilitar el curso del río.

Ni adrede queda un lugar más bello. Un salto de cinco metros y varias rocas que hacen de butaca para contemplar el espectáculo. Los hermanos Grimm debieron pasar por este sitio para escribir sus cuentos.

• 2.11. Paso Tapla.

De regreso por el mismo sitio me detengo en este alto de 1364 metros desde el que domino desde las alturas toda la Selva y todo el valle que me conduce a Otsagabia. La silueta de la ermita de Muskilda la veré sin problema mientras me orienta un panel panorámico.

También llamado Paso de las alforjas si seguimos el sendero visible que me hace subir por el cordal de Abodi ( 1533 metros ) donde encontramos una decena de monumentos megalíticos.

Esperar a que caiga la noche en esta montaña es otro reto que les proponemos siempre con cuidado de la entrada de las nieblas.

• 2.12. Isaba. Valle de Belagua.

Volvemos ahora por la carretera de Otsagabia hacia el Col de Larrau. Tras pasar Itzaltzu y llegar al cruce de Laza con el puerto esta vez cojo a la derecha la subidita, unos tres kilométros, del Puerto de Laza. Desde ahí, con un interesante merendero y bonitas vistas, bajo en unos cinco kilómetros hasta Ustarroz y después hasta Isaba.

Esta bella localidad, puerta de Belagua, es un atractivo punto de aventureros que desde aquí inician sus excursiones. Es la capital roncalesa con un importante casco histórico arropado por la mole de la llamada colina del Castillo.

Isaba es pueblo de película y nunca mejor dicho pues aquí se rodaron escenas con algunos vecinos de extras de películas como “ Obaba “ o “ Secretos del corazón “ Perderse por sus calles entre casas de piedra y blasones es lo mejor que podemos hacer y entre esas casas, la de la Memoria, museo etnográfico y oficina de información.

Desde Isaba nos adentramos en el Valle de Belagua, muy conocido por los vascos ya que no había un colegio que no escogiera aquí sus campamentos de verano. Un espacio abierto de espectacular belleza. Una curvada y empinada carretera empieza a subir desde el fondo del valle 15 kilómetros después de Isaba. Tras pasar un cuartel militar encontraré la conocida Venta de Juan Pito con un mirador donde pensaré con seguridad que el paraíso ha decidido abrir una de sus puertas.

• 2.13. Pierre Saint Martin y las Tres Vacas.

Sigo subiendo hasta el Collado de la Pierre Saint Martin mientras las cumbres elevadas del Anie, Mesa de los Tres Reyes ( 2428 metros ) o el Pene Blanque me dicen que tenga cuidado con ellas. Es ya casi un paisaje lunar.

En la cumbre de la Pierre Saint Martin a 1760 metros de altitud se celebra cada 13 de Julio el tributo más antiguo de Europa, el de las Tres Vacas. Una sentencia del año 1375 impuso a los bearneses el pago de tres vacas a los vecinos del Roncal por el aprovechamiento de sus pastos. El veterinario de Isaba elige las tres mejores reses que deben tener igual pelaje, dentaje y cornaje.

Es en la Piedra de San Martín que da nombre al puerto de montaña donde se reúnen los bearneses con banderas francesas y los roncaleses con sus trajes típicos donde se sella la paz cada año en esta fiesta de hermandad gritando tres veces “ Pax avant “ .

Siempre a la vista la icónica imagen del Pico Anie o Auñamendi, de 2504 metros de altitud, triangular, centro de atención de numerosos excursionistas que llegan a su cumbre por un trazado muy traicionero ya que este terreno es el gran Karst de Larra, lleno de crestas afiladas y grietas por las que sería fácil caer.

Por aquí está la 13 º sima más profunda de la tierra, la de San Martín, con 1410 metros de profundidad y 80 kilómetros de galerías. En días de niebla, tan frecuente por aquí, olvidemos la travesía.

• 2.14. Roncal y Burgui.

Bajo a Isaba y ahora desde aquí voy hacia el Sur por todo el valle de Erronkaribar en una comarca más indómita y difícil que ha dotado de un carácter especial a sus habitantes.

Comarca ganadera como prueban sus sobresalientes quesos y maderera que se reflejan en la fiesta de las almadías en la primera semana de Mayo, tradición recuperada en el pueblo de Burgui. Gastronomía de caza y pesca, con el queso , migas de pastor, setas y la bebida de la basaka al estilo del patxarán enriquecen esta zona de donde procede el tenor Juan Gayarre nacido en Roncal y donde vemos su mausoleo.

Tanto Roncal, como Burgui y Garde son pueblos que merece la pena visitar.

3.A TENER EN CUENTA. ITINERARIOS.

• Por la amplitud de la zona y los escenarios a ver tengamos en cuenta que necesitamos más de un día.
• La mejor época del año sería el otoño para ver bosques pintados de colores pero el día es más corto y el tiempo peor. Para las rutas a completar, con menos volumen de gente y el día muy largo, la mejor época puede ser mediados de Mayo o primeros de Junio, época ya floreciente, de verdes prados, bosques tupidos y puestas de sol muy bellas.
• Tengamos muy en cuenta que en esta zona son frecuentes las nieblas y la lluvia. Elegir días apropiados es difícil. Lo ideal sería asegurarnos de la presencia de un anticiclón y algo de viento Sur que meta la niebla al Norte si es que viene.
• Si decido salir un viernes tras la comida estaré en Otsagabia a las 16,30 con tiempo de organizar la primera salida y si he llegado antes, mejor. Podría subir al Paso Tapla para bajar a la Selva de Irati, ver la cascada del cubo y perderme un poco por los bosques que rodean el embalse de Irati. Calculo la puesta de sol para regresar al Paso Tapla y ver desde ahí la tranquilidad de estos valles.
• En la segunda jornada madrugo y paseo en el amanecer por Otsagabia buscando sus zonas más altas para empezar a sacar fotos. Ya en coche puedo hacer la salida Orbaizeta, Organbide, Cueva de Harpea y subir a la Torre del Urkulu. Todo esto me llevará hasta la hora de comer que podré hacerlo de vuelta en Aribe. Ya en Garaioa podría subir al Mirador de Zamariain y rematar con el cementerio de estelas en Abaurrea. Si el cansancio o el tiempo aprieta, prescindo del mirador para tener una noche tranquila en Otsagabia.
• El domingo madrugo para subir a Larrau y de ahí al Pico Orhy andando. Bajo por el mismo sitio y tomo el cruce de Laza para ir a Isaba, Valle de Belagua y a la vuelta, el Valle de Roncal y sus pueblos.

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