VÍA VERDE del BIDASOA.
Una de las rutas más bellas para disfrutar de la bicicleta.
- Texto y fotos : Jesús Mari Alquézar.
Aunque supongo que todos los lectores de Donosti City lo saben, las vías verdes no deben confundirse con pistas ciclables ni con otros carriles bicis que se trazan continuamente en la naturaleza y en ciudades para disfrute de los aficionados a la bici … y también para caminantes. Pero con la bici, todo es mejor, se ve lo mismo a otro ritmo y con otro ejercicio físico que tiene muchas ventajas con la nunca despreciable actividad de caminar.
Las vías verdes utilizan antiguos trazados de ferrocarriles que han desaparecido y que los han adaptado para recorridos no motorizados, para ser recorridos a pie y en bicicleta. Normalmente eran ferrocarriles de vía estrecha que en su vida tuvieron diferentes motivos, pero que todos terminaron como transporte de viajeros. Eran itinerarios de una belleza incuestionable cuyos trazados ferroviarios de poco desnivel se han aprovechado para habilitar travesías para que con facilidad y comodidad, si están bien mantenidos y señalizados, sean aprovechados por los ciudadanos amantes de estas actividades deportivas, históricas y culturales.
A pesar de que en Euskadi, con una orografía difícil, con mucho relieve, podría creerse que el tren tenía muchas dificultades para su existencia y desarrollo, el ferrocarril acogió una de las mas densas redes ferroviarias de vía estrecha de toda la península ibérica. Los trenes posibilitaron los desarrollos socio económicos del País Vasco, uniendo pueblos e impulsando la mejora de la vida.
En Euskadi, en el momento de escribir este reportaje se contabilizan 9 vías verdes con más de 210 kilómetros especialmente recuperando la naturaleza del territorio, porque los trenes la mejoraban embelleciendo el paisaje. Por donde aquéllas máquinas de vapor, primero, y otras energías después, recorrían kms lentamente, ahora con la bici las emulamos y recordamos. Los mas veteranos aun recordamos su lenta circulación, un placer para los sentidos, acompañados de sus “silbidos” al acercarse a las estaciones del trayecto.
DESDE el AÑO 1898.
El del Bidasoa nació en 1898 como un tren minero de 10 kilómetros para transportar el mineral desde las minas de Endarlatsa a Irún. El progreso y la necesidad de medios de comunicación hizo que en 1916 se prolongara hasta Elizondo, siguiendo el cauce del río Bidasoa- Baztan, cambiando a tren universal de viajeros y mercancías, con 51,5 kilómetros de recorrido. El proyecto (Compañía de Ferrocarriles del Bidasoa) que planteaba llegar hasta Pamplona duró hasta la Nochevieja de 1956, formando parte de la historia. Las dificultades que llevaron al cierre fueron muchas, las guerras y post guerras, el cierre de las minas y la competencia de la carretera, a lo que hay que añadir las riadas de 1953 que destruyeron muchos tramos de vías , fueron las causas de la quiebra de la compañía
UN TRAZADO para BICIS y CAMINANTES.
Tras el desmantelamiento de las vías, el trazado de tierra se promocionó en un principio para los caminantes desde Endarlatsa (la unión con Irún desapareció totalmente) hasta Doneztebe (Santesteban).
En el año 1970, el club Vasco de Camping, en el momento de su recuperación, organizó la travesía en dos jornadas para conocerlo y disfrutar de un itinerario inolvidable pasando por los cercanos y típicos pueblos con encanto de Navarra a orillas del Bidasoa y que ha quedado en los anales de la asociación.
Para llegar hasta Endarlatsa, especialmente en bici, había que unir Irún con el puente por la peligrosa y estrecha carretera. Afortunadamente la presión ciudadana y la protección del medio ambiente y las sostenibilidad, hizo que se recuperara el trazado desde Behobia, primero, y recientemente desde Irun- (Ficoba) por un notable carril bici-peatón tantas veces reclamado.
En la actualidad está habilitada la ruta como vía verde desde Irún hasta Oieregi, en la entrada del parque del Señorío de Bertiz, que debe visitarse, con una longitud de 47 kilómetros. Y para los más intrépidos y amantes de retornar al pasado, se puede alcanzar el final del camino de hierro en Elizondo por la antigua carretera, llena de belleza, con muy poca circulación y que bien merece el viaje. Volveremos a ello.
El itinerario del “tren Txikito” como se le conocía popularmente era en su inicio de tierra y actualmente es un mixto de tierra compactada, hormigón y algo de asfalto, según tramos, que en algunos lugares por su mal estado y el túnel de Montoya sin iluminación, bien merece un mejor mantenimiento, que es la siempre asignatura pendiente en este tipo de recorridos. Por el tipo de terreno la máquina BTT es obligatoria. El trazado sumergido en densos boques es un mirador excepcional sobre el río y los montes emblemáticos que vigilan todo su desfilar.
UN DIA sin BAJARNOS de la BICI.
Normalmente estos trenes de vía estrecha no superan el 2% de desnivel lo que hace que el pedaleo sea agradable, de disfrute y contemplación. En nuestro caso desde los 5 metros sobre el nivel del mar de Irun, solo se asciende a los 151 de Legasa-Oieregi, que aunque es poco en el regreso se nota y se rueda mas rápido. El único problema de ésta travesía es que para conocerlo intensamente si no se tiene un coche de apoyo en Bertiz o en aproximación al inicio, la ciclo excursión de ida y vuelta puede resultar repetitiva, larga pero nunca monótona. Queda a elección del lector las fórmulas para evitarlo, que en otras entregas indicaremos.
Los ciclo viajeros deportivos podrán completar el trayecto en cualquier sentido, sin embargo para los turísticos, se recomienda hacerlo en descenso, más rápido, hacia la desembocadura del río, visitando las localidades donde se detenía el tren teniendo en cuenta que se sitúan a poco o cierta distancia de los apeaderos. Reiteramos que para los últimos sería necesario un transporte auxiliar para las bicis hasta Oieregi.
PASO a PASO-KM a KM .
IRÚN-BEHOBIA-ENDARLATSA-BERA de BIDASOA.
El río Baztán Bidasoa es el conductor de la vía verde. Nace en las cercanías de Errazu, en Xorroxin que ofrece una espectacular caída de aguas, muy visitada por senderistas y amantes de la naturaleza. Desemboca en el estuario de Txingudi entre Hondarribia y Hendaia .
La estación de Ficoba (Irun) es el comienzo de la jornada. El “bidegorri” carril bici y peatonal, surca el Bidadoa por el parque de Osinbiribil y sus islotes para enlazar con el nuevo tramo que llega a Behobia donde se inicia la vía verde con el antiguo trazado del tren por un buen firme de tierra siempre bien cuidado y muy concurrido diariamente. Pero antes pasaremos delante de la isla de los Faisanes, islote fluvial con soberanía de Francia y España, pero destacando que en él se firmó la Paz de los Pirineos en el año 1659, un verdadero hito histórico.
Esta vía afortunada continúa circunvalando la bahía de Txingudi , ahora por Hendaia hasta “le chateau Abadie”.
En Behobia, junto al puente internacional se recupera el trazado del tren txikito que en 8 kilómetros paralelos al Bidasoa y en un agradable paseo alcanza el puente de Endarlatsa.
Avanzaremos por nuestra vía verde y a ambas riberas del río destacan el macizo de Xoldokogaina a la izquierda (ribera derecha) y el parque de Aiako harria a la derecha ( ribera izquierda). El trazado discurre entre la carretera y amplias praderas donde siempre pastan cabezas de ganado.
Pasaremos el conservado apeadero de San Miguel, un reconocido gran edificio abandonado entre grandes plátanos en sombra cercano a una área habilitada para entrenamientos de piragüas, y alcanzaremos la muga entre Navarra, Euskadi y Francia en Endarlatsa, cruzaremos el túnel sin iluminar de Montoya y en curva, rumbo a la primera localidad importante, Bera de Bidasoa, que los ciclistas turísticos deben visitar en un ida y vuelta cruzando el río por el precioso puente medieval.
Las estaciones del tren siempre se encontraban algo alejadas de los núcleos rurales residenciales. En Bera, rodeada de densos bosques y montañas, el fronterizo Larun es la gran referencia, destaca su hermoso conjunto urbano con sus tipicas casas Vasco Navarras y sus balcones floridos. Al otro lado del rio y al comienzo de la subida al Alto de Ibardin, a la derecha destaca la casona Itzea, cuna de la familia Baroja.
BERA- LESAKA-ETXALAR-IGANTZI.
El tren no penetraba hasta los centros de los municipios, y en las estaciones, totalmente desaparecidas, siempre había una” Benta, algunas de las cuales aún siguen abiertas. Lesaka, otro precioso pueblo con la imponente iglesia, San Martin de Tours, cuidadas casas y dos casa torres góticas (Zabaleta y Minyurinea) se encuentra a 2 kilómetros y por su cercanía la cita es recomendable.
Después cruzaremos el ramal que llega a Etxalar, a 8 kilómetros, otro pueblo con mucho encanto, enmarcado entre montañas, famoso por sus palomeras, con casas con cuidada arquitectura popular, de los siglos XVI y XVII que fue premio Nacional de turismo, para el embellecimiento del municipio, su torre medieval Gaztelu y la iglesia de la Asunción en cuya visita no debe dejar de verse el adosado en su exterior cementerio con estelas discoidales de a partir del XVI. Etxalar es una villa impresionante.
Y así, pedaleando alcanzamos el cruce a Igantzi, donde había otra famosa Benta, Berrizaun, la de Yanci, y el aún mas alejado Arantza, a pie del macizo del Mendaur.
IGANTZI-SUNBILLA-DONEZTEBE-LEGASA – OIEREGI (Bertiz)
Antes de llegar al importante Sunbilla, en un paisaje similar que seduce, que enriquece el ejercicio de rodar sobre la máquina de las dos ruedas, observaremos en el río pequeños diques para alimentar centrales eléctricas y también el trabajo realizado en el río para la conservación del exquisito salmón del Bidasoa.
Tras la rústica pasarela de Zubigain, entramos en Sunbilla vigilada, mil metros mas arriba, por el monte Mendaur referencia en la comarca de Bortziria y en los anales montañeros. Sunbilla tiene sus casas repartidas a ambas orillas del Bidasoa y unidas por un encantador puente medieval. Es tan bella que el ciclista debe obligatoriamente detenerse y callejear entre sus destacadas casas, que merecen observarse y fotografiarse detenidamente. Todas las localidades de las tres comarcas, de Malerreka, Bortziriak (Cinco villas) y Baztán que estando llenas de historia, tradiciones y cultura son consideradas las más bellas de Navarra.
Sólo 4 kilómetros de vía hormigonada separan al ciclista de Doneztebe (Santesteban) otro municipio importante donde desembocan las aguas del río Ezkurra, encrucijada de carreteras a los valles de Basaburua e Imotz por las localidades de Gaztelu, Donamaria, Oiz, Urrotz, Beintza-Labaien y Saldías, pueblos anexionados que emocionan.
Y después la cercana Legasa, con su pequeña y sin embargo encantadora plaza marcaba hasta hace poco el final de la recuperada huella del tren “txikito, pero ahora podemos aproximarnos hasta Oieregi, en Bertiz, para visitar, caminando, el Parque del Señorío de Bertiz. Existe interés y un proyecto para recuperar lo que se pueda del trazado del tren o habilitar un trazado para sin peligro llegar hasta Elizondo que era el “terminus” del tren txikito….pero ….
- Foto : Sonia Urreizti.
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