MATARRAÑA, LA TOSCANA ESPAÑOLA.

Una tierra de sensaciones diferentes para conocer en la provincia de Teruel. 

  • Foto portada: Calaceite.

           – Texto y fotos: Jesús María Alquézar.

Confieso que nos gusta viajar, y si es a algún destino desconocido mejor. Sólo iniciar la excursión nos satisface enormemente, un aliciente hasta llegar al comienzo del programa, disfrutando de los paisajes desde la ventanilla del tren, bus o avión.

Si repetimos plan, lo veremos con “otros ojos” ahora ya de veteranos “muy viajados” y sinceramente , un mismo marco puede ser diferente a los recuerdos de antaño.

MATARRAÑA.

Últimamente habíamos recibido noticias de otros viajeros que LA MATARRAÑA es una tierra a conocer. Está en el extremo nororiental de la provincia de Teruel, y es territorio eminentemente montañoso, donde se unen las estribaciones del sistema Ibérico con las cordilleras costero catalanas, pero en sus áreas hay diferencias.

Y realmente vivir allí unas jornadas es muy recomendable. Tiene un relieve orográfico que conjugando con el conjunto arquitectónico rural, histórico y cultural  de las localidades justifica el viaje. Es entrar en un mundo tranquilo, silencioso, en momentos desierto y en muchas ocasiones es un retorno al pasado. En alguno de sus pueblos  pasear, observar y conocer su historia y su forma de vida, muy diferente a la nuestra, es un placer. Nos alejamos de nuestra área rutinaria y de confort para vivir unos pocos días diferentes.

Solamente llegar hasta allí desde la capital guipuzcoana ya es un itinerario geográfico relevante. Es atravesar diferentes ecosistemas, desde las montañas y valles verdes de Euskadi, por la ribera navarra y los límites del desierto de los Monegros, ya en Aragón para tras cruzar Zaragoza, penetrar en una extensa meseta de cultivos de secano hasta Teruel, con un relieve accidentado final y  tormentoso, de valles, barrancos, y bosques en la ruta del tambor y el bombo por Alcañiz con el Moncayo en el horizonte. Antes de alcanzar la base del periplo, el bellísimo pueblo de Morella, en el límite con la Matarraña dado que corresponde a Castellón, ya habremos justificado el empleo del tiempo con el placer de viajar.

  • Morella.

¿Pero porqué la Toscana española?

Pues sí, tiene una cierta semejanza con la afamada región italiana, no hay duda. Fue la periodista M.ª Cruz Soriano, la que en sus reportajes la bautizó así, y con ese adjetivo se ha promocionado últimamente. En esta zona aragonesa, en Teruel, encontraremos montañas, sierras, barrancos, macizos y ríos para disfrutar de la naturaleza.

Es, sin duda, un viaje de paisajes alrededor de 18 poblaciones y 8.805 habitantes: Arens de Lledó, Beceite, Calaceite, Cretas, Fórnoles, La Fresneda, Fuentespalda, Mazaleón, Monroyo, Peñarroya de Tastavins, La Portellada, Ráfales, Torre de Arcas, Torre del Compte, Valdeltormo, Valdejunquera y Valderrobres , la capital administrativa y población mayor (2.319 habitantes), siendo Calaceite la capital cultural.

  • Paisajes de Valderrobles desde el tren.

Ya hay materia para elegir una ruta para varios días, en nuestro caso dos de viaje y tres intensos de excursión. De todos ellos visitaremos varios pueblo matarreños con una extensión al vecino Maestrazgo Turolense, para conocer mejor este Teruel rural, que existe, y donde el tiempo se para. Los pueblos dentro de su semejanza son diferentes, y destaca la bien cuidada y restaurada en su caso  arquitectura de características medievales o renacentistas. En resumen , nos enfrentamos un patrimonio cultural, arquitectónico y natural de primer orden.

Bañada por cuatro ríos: el Matarraña, que da el nombre al territorio, el Algars, el Ulldemó y el Tastavins, sin duda, condicionan el panorama. La vegetación, diferente, está condicionada por la altitud, abundando el pino silvestre, pero veremos tejos, arces, acebos, avellanos, encinas y robles.

Y la ribera, magnífica en otoño con sus chopos vestidos con su ropa amarilla. Y qué decir de los cultivos, el olivo, el almendro y la viña dominan los muy cuidados campos de labor. Un paisaje de esplendor, donde los responsables han diseñado, además, preciosas rutas de senderismo para conocer Matarraña caminando o pedaleando. (El CVCE organizó con gran éxito de participación una escapada de semana  de senderismo aquí).

También es un destino para los aficionados a las motos que veremos en varias ocasiones en nuestras salidas. Tienen una red local de carreteras bien cuidadas sin exceso, todavía, de medios motorizados lo que da aún más valor a la inolvidable orografía.

Tanta promoción no motiva en exceso, nos dicen, a los habitantes, dado que viven en un remanso de paz y se ven últimamente asediados por numerosos visitantes turistas ansiosos de intimar con ellos. Pero es el precio a pagar porque la abundante información actual hace peligrar su vida ancestral, dado que son pueblos y aldeas, algunas en lugares remotos, despoblados y perdidos que tienen su forma de vida, y de momento el turismo activo no es una fuente de riqueza. Consideran que el nombre de Matarraña ya tiene una entidad que no necesita se compare con nadie, en este caso. con la Toscana italiana.

MORELLA ( 984 m).

431 kms. nos separan desde Donostia a Morella, que será la base para conocer Matarraña, y el Maestrazgo. Partiendo temprano, se llega allí para almorzar y con tiempo para conocer uno de los pueblos más bonitos de España y conjunto monumento histórico artístico. Con guía, el conocimiento siempre es más recomendable, si se puede tomar alguno, para practicar un turismo sostenible y conocer su historia y costumbres. Morella está en la provincia de Castellón, a 60 kms. del litoral y es la capital de los puertos de Morella.

Por la tarde haremos una visita completa y bien documentada de esta bellísima localidad monumental que no deja nunca y a nadie indiferente cuando se la conoce desde diferentes ángulos. Es sin duda un motivo de fotografías con diferentes encuadres y además con dos paseos imprescindibles, la gran muralla de dos kms. con sus puertas y torres, destacando la de San Miquel, y  el castillo fortaleza que corona la ciudad.

Rodeada de montañas, Morella tiene una silueta sorprendente y singular, única entre los pueblos de la zona, y ya entre sus calles algunas porticadas, se disfruta en un callejeo que te lleva por sus estrechas calles empinadas hasta la preciosa plaza de los estudios con su gran reloj de sol y mirador, la iglesia Arciprestal Santa María la Mayor, gótica, con  destacada fachada e interior, el Palacio del Ayuntamiento donde podremos ver los gigantes, expuestos en el salón de la entrada.

Y sin olvidar su gastronomía, destacamos la trufa, sus carnes, postres y dulces destacando el Flaó, con quesos y embutidos. Los restos del acueducto, construido entre los siglos XIII y XIV forman parte inseparable del conjunto citado.

LA COMARCA de la MATARRAÑA.

LA FRESNEDA.

El segundo día lo destinamos para ya conocer a fondo esta bella comarca. La primera parada será La Fresneda pero llegar hasta allí ya es un espectáculo orográfico. Considerado conjunto histórico artístico, con una plaza mayor que destaca por sus detalles armoniosos da paso a unas calles entrañables empinadas, con edificios  palacetes, sus portales en la antaño muralla, la judería, la capilla del Pilar y los restos del Castillo que ofrece una panorámica donde ya destaca en la lejanía una alargada cordillera, los puertos de Beceite hasta donde llegaremos forman parte de una inolvidable imagen.

VALDERROBLES.

Es la capital administrativa. Siguiendo el rio Matarraña, en cuyas riberas los chopos con sus hojas amarillas de otoño resaltan el paisaje, la ciudad se desarrolla sobre la ladera de una colina. También declarada conjunto histórico artístico tiene en su cima un destacado conjunto de la Iglesia Parroquial y Castillo, unidos. Todo el recorrido hasta lo más alto es una sucesión de rincones típicos, tras cruzar el magnífico puente medieval, seguiremos por portalones abovedados, balconadas corridas y pavimentación de cantos rodados. En el viaje veremos en la lejanía otros pueblos de la Matarraña, perdidos en el horizonte.

Es un lugar para el almuerzo con productos locales antes de continuar conociendo estos pueblos y paisajes.

BECEITE.

Es nuestra siguiente parada, pero para llegar hasta allí disfrutaremos por extensos campos de olivos y almendros, productos importantes  de la comarca.

Es una pequeña población en la base de los puertos de Beceite, cordillera que atrae todas las miradas, por lo tanto estamos en zona de montaña, donde se han trazado rutas de senderismo para diferentes niveles de deportistas destacando la ruta del Parrizal . Beceite es una localidad también declarado conjunto Histórico Artístico, con un entramado complejo  de portales y callizos, calles estrechas y alféizares moldurados.

PEÑAROYA de TASTAVINS.

Cambiamos de rumbo, para encontrarnos con Peñarroya (Peña roja) también en plena montaña, relieve cubierto de exuberantes bosques con cerrada vegetación. Conserva uno de los cascos urbanos más interesantes del mudéjar aragonés. En el paseo llegaremos hasta el mirador, situado en el alto del pueblo para visionar las impresionantes Peñas de Masmut. Tiene Peñarroya diferentes rutas de senderismo, pero la circular a las rocas del Masmut, con sus formaciones singulares de escarpes rocosos de conglomerado con alturas de hasta 100 mts de desnivel es la que atrae a más montañeros.

MORELLA  iluminada.

Anocheciendo llegamos a Morella y vemos, con sorpresa, que la ciudad  ilumina sus murallas, el castillo y alguna de sus estrecha calles .Es imprescindible no desaprovechar este regalo y disfrutar el espectáculo del paseo nocturno pues ahora Morella presenta otra dimensión y estampa.

GRUTAS del CRISTAL. CALANDA y MOLINOS.

En la vecina comarca del Maestrazgo tenemos en el programa diferentes visitas siendo la mas importante la de las grutas de Cristal, en el bajo Aragón. Para llegar allí por inusitados paisajes de llanuras de cultivo y montañas, pasaremos por la afamada Calanda, la ciudad natal de Luis Buñuel, conocida por sus tambores de Semana Santa y sus melocotones, para llegar a Molinos, perdido entre los riscos, casi en “el fin del mundo.

Y a continuación completaremos la caprichosa excursión a las entrañas de la tierra. Hace ya muchos años, en el 61, unos geólogos en su actividad encontraron la entrada a esta maravilla. Y con el tiempo la habilitaron para visitas diferentes a las tradicionales cuevas turísticas. Tiene dos salas a las que se llega por ruta habilitada pero con prudencia y con guía pues no están abiertas al libre albedrío por el riesgo, por lo que es necesario la reserva en día y hora. En el interior veremos un espectáculo de formaciones  de estalactitas, estalagmitas, columnas, cortinas y cascadas, de los mas variados colores y cristalizaciones, que han hecho que se considere Monumento Natural por el Gobierno de Aragón.

CALACEITE  y CRETAS.

De nuevo en Matarraña para deleitarnos con otras dos localidades. Calaceite es un centro productor del aceite de Aragón, que produce también sus excelentes y diferentes aceitunas. Fueron unas horas cuando el tiempo se paró con un inolvidable paseo por sus majestuosas calles, (Mayor, plaza de España y calle Maella). Es conjunto Histórico Artístico de los mejor conservados de Matarraña, que se traduce en edificios señoriales, plazas, pórticos y hermosas fachadas, destacando la de su Ayuntamiento de estilo Renacentista y la iglesia parroquial que confirma el esplendor que vivió antaño la localidad.

Última cita en esta comarca, Cretas. Pueblecito medieval de solo 600 habitantes, y sin las tradicionales cuestas que desprende magia y belleza y permite una agradable paseo entre las edificaciones mas importantes, Iglesia de la Asunción, Casa Turull, portal de San Roque y la capilla de San Antonio de Padua.

IGLESUELA del CID.

Volvemos al Maestrazgo con un viaje aproximación de los más bellos que recordamos, con extensos campos de labor, con sus pequeños pueblo agrícolas en medio de la nada, para llegar hasta Iglesuela del Cid. Uno de los hitos del Maestrazgo y parada obligada para todo viajero que se adentre en estas tierras. Como vivió un largo periodo de bonanza en el pasado, aún conserva bellos ejemplos de arquitectura civil y religiosa. Se ve rápido pero se disfruta.

Su casco urbano esta declarado conjunto Histórico Artístico, destacando su magnífica plaza Mayor, donde se sitúa el ayuntamiento, la iglesia de la Purificación y el palacio Matutano-Dauden, convertido en establecimiento hotelero perteneciente a la Red de Paradores del Gobierno de Aragón.

Las casas nobles de Guijarro (Palacio Torre) y Aliaga no pasan desapercibidas. En ésta ultima se sitúa la oficina de Turismo que es un museo que conserva la vivienda tal como se habitaba, conservando piezas de las casas más nobles del pueblo y otros elementos. Es una localidad que conserva sus casas rurales típicas, con piedra seca , con sus huertas y si tienes suerte podrás ver rebaños de ganado ovino con su pastor que los guía a los prados cercanos. Espectáculo rural impresionante  e infaltable en el viaje

TARDE LIBRE en MORELLA.

Morella. Pueblo que vive aun intramuros y no deja tiempo para aburrirse. Tiene muchos alicientes, y entre ellos no debemos olvidar recorrer las bien conservadas murallas por el interior. Son dos kms. de caminata disfrutando de sus puertas y torres, y bajo la gran fortaleza militar, una de las más imponentes del mediterráneo. El paso de numerosas civilizaciones ha dejado su huella en esta impresionante construcción militar habitada ininterrumpidamente desde el III Milenio antes de Cristo y que ha vivido todas las guerras posibles.

Por ello, si uno está fuerte, debe alcanzar el patio de armas en la cima de la montaña en una excursión que dura como mínimo una hora, con una ascensión, casi escalada, pero bien habilitada con escaleras y pasa manos. Pero también queda el paseo hasta la colina del acueducto que ofrece otra vista diferente de la localidad, o el paseo urbano y tranquilo que recorre la alameda de Morella.

Planes hay, antes de preparar la maleta para regresar, eso sí, no olvidemos comprar, para degustar en casa, productos gastronómicos locales de todo tipo en los diferentes comercios del pueblo.

EL REGRESO y ALCAÑIZ.

Para culminar esta hermosa y recomendable excursión, corta en días pero muy intensa en visitas, tenemos el regreso que en esta ocasión está complementado con la visita a Alcañiz, la segunda ciudad mas grande, bulliciosa y poblada de Teruel (16 000 habitantes). Es arte y cultura, y también la ciudad del motor. Es una gran ciudad coronada por el castillo de la orden de Calatrava, ahora reconvertido en Parador Nacional de Turismo, un excelente mirador, sobre los tejados de la ciudad y las montañas que la rodean.

En el casco histórico está la plaza de España enmarcada por los dos edificios más bellos de la ciudad, el Ayuntamiento del siglo XVI, la oficina de turismo donde se desarrollan una serie de pasadizos medievales que testimonian la importancia que tuvo esta ciudad en la edad Media y el mercado público.

Punto final a un viaje diferente, lleno de sensaciones, en una comarca que merece una visita.

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