PEDALEANDO POR LA VÍA VERDE SANTANDER -MEDITERRÁNO.

  • Cinco días de disfrute y contemplación, espectáculo y fantasía.

  • Esforzad@s de la ruta o serpiente multicolor.
  • Por Jesús M.ª Alquézar

Es un viaje con alforjas, una travesía lineal fácil, pedaleando de forma tradicional y viviendo nuevas experiencias con once personas que no conoces procedentes de diferentes territorios de España,  y todos con la misma ilusión, pues compartíamos las mismas  inquietudes, disfrutar y ser felices pedaleando sobre la bici, conectando con la naturaleza, que  siempre ofrece un espectáculo diferente.

LA VÍA VERDE SANTANDER – MEDITERRÁNEO.

Hoy en día es un itinerario excepcional para conocer tierras de Castilla y de Cantabria en bicicleta siguiendo lo que fue el camino de hierro de un tren que pocos recordarán y que hoy se ha convertido en una excepcional vía verde.

Está bien mantenida y balizada para disfrute de los aficionados a las dos ruedas. Nuestra excursión une Burgos con Santander, siempre pedaleando sobre el buen firme por donde iba el tren de tierra compactada.

El ferrocarril Santander-Mediterráneo fue un proyecto de principios del siglo XX,  un sueño cuya intención era unir los puertos de Santander y Valencia en Sagunto. Durante muchos años se trabajó  para hacerlo realidad pero no se consiguió cerrarlo en su totalidad.

  • Estación de Puente Viesgo.

El tren circuló durante pocos años y en la sección que se denominó Calatayud-Ciudad Dosante. Fue en el año 1959 cuando todo el proyecto fue paralizado con 367 kms. de longitud construidos y a 35 kms. del destino final en tierras cántabras. En resumen, se puso en servicio en 1930 y se cerró por falta de rentabilidad en 1985 al tráfico de pasajeros, aunque siguió algún tiempo más para mercancías.

Se procedió al levantamiento de las vías y afortunadamente se ha convertido en una soberbia vía verde, para caminar y especialmente para rodar tanto en ciclo excursiones entre localidades cercanas  y especialmente en el ciclo viaje de travesía.

Fueron unas obras de grandes dimensiones y se levantaron varias estaciones algunas conservadas y otras en total ruina, la mayoría alejadas de los núcleos centrales de las localidades. En el transcurso de la excursión pasaremos por numerosos túneles y puentes. La línea quedó inconclusa al no poder finalizar los trabajos de perforación del túnel de la Engaña de 6.976 metros, que hasta la fecha, si se hubiera hecho realidad, sería el túnel ferroviario de mayor longitud. El recorrido del ferrocarril construido discurrió entre Ciudad Dosante y Calatayud, pasando por Burgos y Soria.

Una vez cerrado  el camino de hierro al tráfico  se estableció, con buen criterio, la intención de convertirlo en vía verde, pero se ha tardado mucho. Se inauguró en 2023 lo que hoy está habilitado, pero desde el año 2020  se construyeron diferentes tramos. Se encuentra dentro de la red de Caminos Naturales del Ministerio de Agricultura, Pesca y alimentación que se se ocupa del mantenimiento y de seguir construyendo más distancias pues aún faltan algunos tramos y kilómetros.

Después se uniría a la de “ojos negros”, hoy también vía verde, con la que podemos llegar hasta Sagunto y alcanzar Valencia, fin del viaje, y hacia Astillero, por la actual vía verde del Pas.

DIARIO MUY FORMAL, DÍA a DÍA DE UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE

La cita en la plaza del rey San Fernando de Burgos, frente a la Catedral a las 9,30 del lunes 2 de septiembre. Como uso preferencial he utilizado el tren “Media distancia” para llegar hasta ésa capital la víspera, porque Burgos merece siempre el paseo por el centro histórico. El ferrocarril es el mejor aliado para desplazamientos con la bici sin desmontar. Puntuales nos reunimos los 11 participantes  y los dos citados guías en mi primera experiencia de viaje colectivo.

BURGOS – POZA de la SAL – OÑA

Tras las presentaciones y cargados de ilusión iniciamos desde Burgos, en esas tierra de cultivo, planicies y montañas, hasta las cordilleras tapizadas de verde de los valles pasiegos cántabros, las cinco etapas que sumarán 264 kms. al encuentro, según nos contaban, de sorpresas en el camino y paisajes cambiantes y con final en la playa del Sardinero.

Hay que salir de la ciudad hacia el oeste por carriles bicis para tras unos pocos kms. encontrar la vía verde que en esta jornada de 60 kms. nos llevará hasta la monumental Oña, visitando antes la impresionante localidad medieval de Poza de la Sal.

En este itinerario recorreremos la comarca de la Bureba, atravesada por arroyos y ríos, con cambios de paisajes, por lugares de gran belleza, entre planicies de cereales (La Bureba se conoció como el granero de Castilla y León), cerros, hoces, desfiladeros (es espectacular el paso de Peñahorada) hasta las montañas del norte de Burgos.

Está sembrado este territorio de pequeñas poblaciones rurales perdidas y encajonadas entre colinas, (La Molina, Quintanalarruz, Arconada y Lances de Bureba entre otras que no cito), de margas salinas y primitivos materiales de diferentes formas, relieves volcánicos con colores y texturas a modo de badlands que no dejan de sorprender. Están olvidadas en el horizonte, pero tienen un indudable valor, encanto y un rico patrimonio.

Sería imperdonable no dejar la vía verde y no visitar Poza de la Sal dónde la explotación de una impresionante mina de sal dio nombre al pueblo.

Se la conoce, también, por ser el lugar donde nació y vivió de niño Félix Rodríguez de la Fuente. Es un pueblo magnífico, antaño amurallado y enclavado bajo una gran peña donde está el Castillo de los Rojas del siglo XIV. Tiene un entramado de callejuelas cuyo paseo es una delicia hasta las Salinas, y el conjunto de singular contenido etnográfico de los bien conservados lavaderos, pasando por la iglesia parroquial San Cosme y San Damián, monumento de finales del siglo XIV y principios del XV y declarado histórico artístico desde 1974 y el ayuntamiento.

La localidad, que seduce, conserva el encanto de la arquitectura tradicional  típica de los pueblos burgaleses. Se la conoce también como el balcón de la Bureba pues desde su plaza abierta se divisa la gran llanura Burebana vigilada por los montes Obarenes y la gran Mesa de Oña .

Tras la llamada pausa del mediodía, volveremos a rodar en ligero descenso hacia Oña recuperando la vía verde en la lejana estación de Poza de la Sal, en Salas de Bureba. Ahora también pedalearemos con bosques en el camino.

Oña, con Frías y Poza de la sal forman la mancomunidad llamada “ la raíces de Castilla” titulación para promocionar el sector turístico, para que las tres localidades lo potencien compartiendo unas señas de identidad propias que comprenden el entorno natural, el patrimonio cultural y el entramado medieval de sus cascos urbanos.

La llegada a la villa Condal Oña por su remozada estación en un entorno natural de excepción entre espectaculares farallones y cerros . Destaca entre sus calles y casas señoriales y fachadas blasonadas, (el casco histórico esta declarado Bien de interés cultura), el imponente Monasterio de San Salvador con fachada de estilo renacentista, el Ayuntamiento, su plaza Mayor y la iglesia de San Juan Bautista. Nos albergamos en el hotel “El rincón de convento” donde en la primera cena conjunta iniciamos una relación de amistad que irá en aumento lo largo de la ruta.

OÑA- MEDINA de POMAR-VILLARCAYO

La 2ª etapa de indudable belleza y sorpresas, se inicia con incidencia. En el momento de la salida estalla una gran tormenta con aparato eléctrico y lluvias torrenciales que impide iniciar el pedaleo. A esperar toca. Afortunadamente sólo dura dos horas y un poco antes de las doce iniciamos la jornada. No es larga, 51 kms. por lo que tenemos horas para disfrutar de uno de los enclaves más bellos que recuerdo de este viaje. Nos encontramos en las Merindades burgalesas.

El primer tramo con puentes , viaductos , los túneles del Buitre y del Pastorcillo y el palacio de la Sante, a través del río Oca nos llevará hasta Trespaderne en un escenario de fantasía natural. Estamos en un desfiladero, por donde discurrían los railes de ese fabuloso tren.

El paso por el túnel de la Horadada impide contemplar la confluencia del Oca con el Ebro, antes de cruzar la estación de Trespaderne algo alejada del núcleo habitado. Se continúa fuera de esos acantilados por la cuenca del río Nela hasta la falda de la cordillera Cantábrica pasando por estaciones, algunas muy estropeadas, en ruina,  Pradolamata, Moneo, Bustillo, que nos sitúan en la orografía, para llegar a Medina de Pomar, a dos kms. de la vía verde, la localidad más poblada de las Merindades, la ciudad del cuero y del calzado de calidad , donde hemos establecido la pausa del mediodía.

En los últimos kms. hemos recuperado en la planicie las tierras de labor, ahora ya cosechadas pero con muchos campos de girasoles con la gran flor amarilla abierta dando luz y color a este día de cielos cubiertos. Nos recibe y llama poderosamente la atención el castillo de Los Velascos, llamado también Alcázar de los Condestables o las Torres.

Como siempre aquí también el casco histórico tiene casas con fachadas blasonadas y puertas originales de la antigua muralla que recorremos con la bici antes de recuperar de nuevo, tras el almuerzo, la bien acondicionada y señalizada ruta de grava hasta llegar a la estación de Villarcayo donde tenemos establecido el alojamiento en el hotel Doña Jimena.

Villarcayo, bañada por el río Nela, es la capital de las Merindades con poco interés urbano monumental. Solo la plaza Mayor, la iglesia Santa Marina y algunos edificios blasonados con el Ayuntamiento merecen el paseo.

Pero párrafo aparte merece citar la gran y espectacular locomotora de vapor tipo Mikado que a modo de museo y recuerdo se mantiene en la estación de Horna- Villarcayo. Es un patrimonio ferroviario que lamentablemente está muy deteriorado por falta de mantenimiento y devorada por la herrumbre. También se conservan otros elementos desmantelados en el año 1985.

En la cercanías varias esculturas complementan este imponente ejemplar del tractor de los vagones. El pelotón ha recorrido este itinerario unido solamente con distancias para obtener bellos enclaves fotográficos.

VILLARCAYO-PUENTEDEY-MONUMENTO NATURAL OJO DE GUAREÑA-ESPINOSA de los MONTEROS.

Nos espera una bella etapa de 45 kms. pero con 700 metros de desnivel según el programa. Dice  así, “ desde Villarcayo iremos flanqueando el río Nela, para visitar Puentedey donde pondremos rumbo al Monumento Natural Ojo de Guareña”.

Sabemos que son enclaves de deseo muy visitados por ciudadanos a modo de turismo que recorren estas tierras. Desde ahí bellos caminos nos llevarán hasta la población de Espinosa de los Monteros, final de la etapa.

El camino natural continúa por Cigüenza con un puente sobre el río Nela, para penetrar por un valle encantador que supera las estaciones de Tubulla, Escanduso, Escaño y Brizuela  ahora en un bello escenario de  montañas destacando las Muelas de la Dullas, que hemos recorrido a pie en excursiones de montaña por  sus canales, para llegar a  Puentedey perteneciente a la Merindad de Valdeporres.

Su vistoso puente o arco de piedra natural que ha trazado el Nela, es una obra de arte de la naturaleza y es complemento imprescindible del pueblo que es otro de los más bonitos de España, merece  visitar tranquilamente. El pueblo se alza sobre un peñasco y se corona con una iglesia románica y con el Palacio de los Fernández de Brizuela (siglo XVI). Para disfrutar del entorno, con buen criterio , en lo mas alto hay un sorprendente mirador que ofrece disfrutar de  un espectacular paisaje.

Aquí abandonamos la vía verde que continúa con un trazado espectacular hacia el túnel de la Engaña, pero esa es otra historia. Nosotros pedalearemos hacia el puerto de Retuerta que nos conducirá tras cortos pero duros kilómetros hasta el monumento natural de Ojos de Guareña.

Antes de afrontar los últimos kms. tomaremos una pista de montaña, para evitar asfalto, que nos sitúa en Ahedo de Linares a 2,5 kms. de la cima del alto de Retuerta (881 m), que lo escalamos no sin esfuerzo pues son los más duros al 16 y 17%. Y toca un precioso descenso hasta alcanzar el monumento natural de Ojo de Guareña, un complejo kárstico con casi 100 kms. de desarrollo, el conjunto de cuevas mas extenso de la Península Ibérica y uno de los 10 más grandes del mundo. Pero para nosotros la visita se limita a la cueva Santuario de San Bernabé y Cueva de Palomera bajo los cortados de la Sierra y el sumidero del río Trena antes de desembocar en el Nela.

Soncillo es hoy  la parada de descanso antes de afrontar los últimos 14 kms. (pista, sendero y carretera local) hasta el fin de la etapa, la muy interesante Espinosa de los Monteros, donde estableceremos la estancia en el hotel Sancho García. Situada al pie de altas montañas es el paso hacia Cantabria por diferentes puertos, La Lunada, La Sía y nuestro Estacas de Trueba.

Situada en los valles Pasiegos Burgaleses, es el paso de la meseta y Cantabria, rezuma historias y se enriquece con paisajes reconocidos que asombran. El pequeño paseo antes de la cena ofrece conocer mejor este marco de las Merindades a través de la Torre de los Velascos, a la entrada, la Plaza porticada Sancho García, con el ayuntamiento, casas solariegas y la iglesia Santa Cecilia siglo XIII , renacentista, con otras dos iglesias y sus palacios destacando el de Chiloeches del año 1600. Son puntos de interés arquitectónico y cultural. La montaña Pasiega , otro reclamo nos espera para la siguiente etapa.

ESPINOSA de los MONTEROS-Las Mazorras-Puerto Estacas de TRUEBA-Vega del Pas -Balneraio de PUENTE VIESGO-LA CUEVA

Sobre el papel, y en mi opinión, es la etapa reina, por distancia (70 kms.), belleza y desnivel ( 564 m), que nos aproximará al destino final de acuerdo a la hoja de ruta obtenida del “google”, dice : “Una etapa deliciosa, tanto por sus contrastes, como por las ricas quesadas y sobaos que nos esperan al cruzar el valle del Pas, pero para ello hay que salvar el inédito puerto de “Estacas de Trueba” ( 1 150 m), con una pendiente que  no supera el 4% (fácil),  y paso de Burgos a Cantabria”.

Todo lo obtenido son alabanzas de la ruta, especialmente si la meteo es soleada y  brillante en la escalada, pero el tiempo no acompañó , aunque después de visto nos ha quedado un recuerdo inolvidable por como ocurrió. Aunque en el valle el cielo estaba cubierto con claros y no llovía, tras las Mazorras, donde comienza el puerto, comenzó un ligero sirimiri que  aunque permitía disfrutar de los contrastes de las montañas de Valnera (1700 m), no contentaba nuestras ilusiones.

Tiene, eso sí, una distancia considerable, 11,7 kms. nada monótonos que solamente está cubierto de bosque en los primeros 4 kms., despejándose a continuación para el disfrute y contemplación. La subida por esta vertiente es amable, sin grandes dificultades.

Las amplias praderas salpicadas de bordas pasiegas con ganado pastando es una constante en la superación de los kms. remontando la cuenca del río Trueba en cuyas alturas nace, en un marco de soledad y hoy gris y un tanto inhóspito. Se pedalea sin esfuerzo salvando las torrenteras que bajan desde los altos, y casi todos en pelotón, deteniéndonos solo para obtener algunas fotografías y casi no paramos hasta el alto, donde nos espera una agradable sorpresa.

Dicen las crónicas que la perspectiva desde el col tiene un gran encanto. ¿Y si no se ve nada?, pensamos. En los 3 últimos kms. (al 4 y 5 %) es cuando la niebla nos envuelve aunque la satisfacción por haber coronado es inmensa, a pesar de la meteorología adversa.

Y sin embargo, ¡regalo!, de repente se ven girones entre las nubes y todo se limpia , hasta sale el sol y se despliega ante nosotros un paisaje de montaña pasiega de ensueño y una bajada que se presenta alucinante pues son 14 kms. para perder 799 metros de desnivel hasta Vega de Pas.

Es quizá la ruta de descenso,  de vértigo más bella de las que he realizado, en un escenario despejado poco frecuentado por su dureza en ascenso, con unas vistas magníficas de los montes, los abruptos cordales de la cordillera de Valvanera. Las  innumerables cabañas pasiegas enriquecen  el descenso en una carretera con porcentajes entre el 5 y  7%, especialmente en su inicio cuando la calzada serpentea de una vertiente a otra con violentas  curvas de herradura hasta cruzar la gran y espléndida caída de agua del río Yera que parece nos a va engullir y derribar al pasar.

Cerca aparece la estación y túnel de la Engaña visible con cruce a la izquierda de la carretera. En resumen, es un descenso maravilloso y que bien guiado por Sergio nos detenía en los puntos estratégicos para obtener bellos encuadres fotográficos. Vega del Pas (350 m ), el pueblo de los sobaos nos recibe y abraza  para saborear esta inolvidable bajada.

Nos faltan aún 40 kms. hasta el final de hoy en La Cueva. Los 15 siguientes son un capricho para pedalear en descenso por una carretera estrecha local , un cortado paralelo al río Pas y sus montes circundantes para alcanzar la vía verde del Pas, que formaría parte de la del Mediterráneo, si se hubiera abierto el paso de La Engaña.

Desde el siglo XIX los santanderinos querían una salida directa hacia la meseta y Burgos era el objetivo. La vía verde del Pas es actualmente un carril asfaltado y por lo tanto muy cómoda para rodar entre la naturaleza y la historia de Cantabria, a través del tren. La alcanzamos en Alceda, en el parque de su pequeño balneario y destaca después el fantástico puente de Hierro de Ontaneda, de frágil suelo de madera para atravesar el río Pas.

Este tren comunicaba Astillero con Ontaneda y se trazó en un entorno inigualable en uno de los valles pasiegos cántabros, territorios de mucho atractivo porque destacan por sus valores naturales y culturales, en un paisaje con numerosas  cabañas pasiegas y sus pastos colindantes.

Muchos  son lugares declarados LIC -Lugares de importancia comunitaria-que conservan sus pintorescas estaciones  de localidades como Santiurde, Corvera de Toranzo y especialmente la importante de Puente Viesgo, que conserva su histórico reloj de andén, su hall de viajeros y la locomotora “La Reyerta”, situada frente al afamado balneario .

Todas las localidades que atravesaba el tren  poseen edificios de alto valor arquitectónico. La ventana de buen tiempo se acaba y negros nubarrones amenazan. La lluvia  llegó hacia las 15 horas que es cuándo llegamos a la olvidada y pequeña aldea de “La Cueva” (914 habitantes), y a nuestro albergue en el moderno hostal Posada “La robla”. La Cueva  ha crecido con villas veraniegas, edificios de 2ª vivienda para habitantes de la cercana Santander.

LA CUEVA- SANTANDER (El Sardinero)

Última y emocionante etapa que nos llevará hasta la misma playa del Sardinero en la capital Cántabra donde se acabará nuestra escapada. Seguiremos pedaleando por la vía verde del Pas hasta Astillero de obligada parada para disfrutar de las rías Solía, Boo y Astillero de la Bahía de Santander y del sky line de la capital (Santander) en la lejanía.

La hoja de ruta nos apunta que solo nos faltarán 40 kms. desde La Cueva, pero qué hermosa distancia pasando por diferentes localidades, entre verdes campiñas y arbolado destacando Cabárceno y su parque, para finalizar con un itinerario un tanto laberíntico, este singular y excepcional viaje ciclista en la capital, magnífico final de circuito en una ciudad que cautiva al visitante por su combinación de paisajes urbanos y naturales .

Entrando por el puerto industrial y el barrio pesquero y siguiendo los carriles bicis discurriremos hasta el extremo occidental de las playas del Sardinero por el centro Botín, Puerto Chico, Paseo marítimo de Pereda, con bellas vistas del mar, Palacio de Festivales, y el Parque y Palacio de la Magdalena en una incomparable guinda a la excursión.

Un traslado en taxis con la bicis nos llevará de nuevo a Burgos, para los viajes de regreso a nuestros lares, donde nos despediremos emocionalmente, no sin antes sellar una amistad que esperemos sea eterna.

Ficha Técnica. Viaje en bici – 5 días (4 noches) – para adentrarnos en el corazón de una historia inconclusa: un antiguo trazado ferroviario que soñó con unir los puertos del Cantábrico con los del Mediterráneo. Tal cómo lo hicimos  te lo cuento a modo de “diario”.

 Etapa 1 -Burgos -Oña. 60 kms. Desnivel 126 m

Etapa 2 -Oña -Voillarcayo. 51 kms. Desnivel 250 m

Etapa 3-  Villarcayo-Espinosa de los Monteros . 45 kms. Desnivel 700 m

Etapa 4 – Espinosa de los Monteros-La Cueva & 70 kms- Desnivel 564 m

Etapa 5 –  La Cueva- Sardinero (Santander). 40 kms. Desnivel 53 m

Total : 266 kms

Dificultad: Fácil.

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