EL BARRIO DE LOIOLA Y PATXILLARDEGI, EL CASERÍO MÁS ANTIGUO DE LA CIUDAD.

Un paseo por Loiola y su historia.

  • Texto y fotos: Jesús María Alquézar.
  • Vídeos sobre murales en Loiola y San Sebastián: Donostia Kultura y EITB.
  • Enlaces sobre Paseo por los puentes del Urumea y caserío Astiñene: Donosti City.

Uno de los barrios más populares de la ciudad de San Sebastián es el de Loiola-Loyola, situado en la ribera izquierda de la vega del Urumea. Antaño era un escenario campestre poblado de caseríos que trabajaban la tierra, en lo que era una fértil huerta abrazada por dos colinas: la de Zorroaga, al sur, y la de Ametzagaña, al norte. Esta última aún mantiene su carácter natural.

Antecedentes de Loiola.

Retrocedamos más de 100 años, a 1910  por ejemplo, cuando Loiola todavía no era una entidad, eran campos que rodeaban el río Urumea. Era un mundo rural que iba desde el puente de Astiñene al de Urdintzu, poblado de numerosas casas y caseríos mas o menos cercanos unos a otros, que vivían de los productos que obtenían de la tierra y vendían en los  mercados de la ciudad a donde llegaban en  barcas, pues Loiola tenía su embarcadero en el Urumea.

Las etxekoandres utilizaban las aguas del Urumea para la limpieza de sus ajuares, formando la estampa histórica de las baserritarras lavanderas .

Hay una fecha importante en San Sebastian. En el año 1863  el alcalde Eustasio Amilibia aprueba el derribo de las murallas de la ciudad. Es el pistoletazo para la historia moderna de la urbe, cuando se inician los ensanches, con tanto acierto que hoy la ordenación urbanística es un ejemplo difícil de imitar.

En aquéllos tiempos aquí no había ninguna intención de formar un barrio. Es en el año 1912 cuando se construye la vía férrea desde la capital hasta Hendaia (hoy Euskotren-topo), y gracias a esta línea se conocen los primeros proyectos de construcción en la periferia donostiarra.

Loiola en la actualidad está todavía relacionada con los militares aunque ya en plena decadencia. En el año 1926 se inauguraron los cuarteles que tanta importancia han tenido y al año siguiente se redactó el primer plano de la reordenación de lo que sería un barrio. Los cuarteles de Loiola han tenido una vital importancia en la vida de esta pequeña comunidad dotada actualmente de todos los servicios más exigentes.

Los ciudadanos veteranos de la ciudad aún vivos y de otras regiones españolas que aquí cumplieron el servicio militar obligatorio, no olvidan, para bien o mal, su estancia en este barrio desde los dos grandes establecimientos, ingenieros e infantería que ocuparon muchas hectáreas de tierras.

Había entonces una importante necesidad de vivienda barata para obreros y se escoge Loiola, una campiña de manzanales, pastos y lugares de pesca alrededor de las muchas decenas de baserris, que curiosamente muchos de ellos terminaban en ene: Goyarizaene, Txikibarene, Disparetene, Kaxkarene, Karkulene, Txolene, Antoñene, Mantulene y Matxiñene, estos dos últimos aún en pie. Pero destacamos el importante Atari Eder, la puerta a la ciudad jardín y al nuevo barrio.

No hay certeza de dónde viene el  nombre de Loiola. Se dice que puede ser del euskera Lohi: barro y ola, cabaña o  ferrería. En el caserío Antzieta existía un pantano y marismas que albergaban otros caseríos con ese nombre: Antzieta berri, Antzieta txiki, posibles  raíces para el origen de Loiola. Hay una cita  algo confusa de que existió  también alguna casa con ese topónimo.

LA CIUDAD JARDIN, PUERTA del BARRIO de LOIOLA.

La ciudad jardín en terrenos del caserío Atari Eder fue el embrión del barrio cuando en 1919 se colocó la primera piedra de un conjunto de 14 casas pequeñas de dos viviendas, aisladas, tipo villas, separadas y con jardín, para 63 vecinos. Supuso una vanguardia en edificios para la clase obrera necesitada de casas baratas y avaladas por la Reina María Cristina.

Es en el año 1926 cuando se construyeron los dos cuarteles y entonces es cuando se inicia la reordenación del barrio. Diez años después se levanta la iglesia parroquial Corazón de Jesús y en el 40 se  construye un edificio simétrico para residencia de los numerosos sub mandos militares.

Y año a año, Loiola crea su epicentro y crece espectacularmente alrededor de unas ordenadas calles con edificios uniformes, que llaman la atención por su buen hacer arquitectónico y criterio urbanístico.

Pero la llegada de nuevos donostiarras, necesitados de viviendas hizo que se ocuparan todas las tierras para construir y formar lo que hoy es Loiola con más edificios de diferentes estilos y entre 4 y 10 alturas, ya sin uniformidad;  hasta con algún rascacielos y algún palacete o casa solariega (Gure txokoa).

Se inicia la edad moderna. Están en el triángulo formado por Ciudad Jardín, el río, la muga con Txomin Enea (que también es el barrio) y “la travesia”, lo que actualmente es el Boulevard de Loiola. Después las viviendas siguieron creciendo ocupando  la ladera norte de la colina de Zorroaga donde hoy se ubican la iglesia y la residencia de ancianos de la fundación Zorroaga.

LOIOLA, un barrio VIVO, ACTIVO y muy DINÁMICO.

Loiola no es un núcleo urbano alejado y olvidado, ni una ciudad dormitorio. En la edad moderna Loiola es una unidad urbana dotada de una destacada infraestructura con equipamientos de primer nivel. El barrio es muy  visitado por numerosos donostiarras del centro que aprovechan  el paseo de las riberas del Urumea, atravesando sus puentes, para llegar hasta allí y continuar por los habilitados paseos peatonales hacia Hernani.

Cada cual en su distancia llegan a Loiola y aprovechan para recorrer esta pequeña ciudad que vive intensamente la capital, organizando muchos eventos relacionados con la historia y tradiciones, antes limitados al centro histórico de San Sebastián. Todo ello es debido y gracias a sus más de 20 asociaciones, una barbaridad para sus 4500 habitantes que organizan los festejos tradicionales durante todo el año a lo que hay que añadir lo destacado de  los equipamientos que tiene a todos los niveles.

EXCURSIÓN paseo a LOIOLA.

Consideramos que llegar hasta Loiola es un placentero paseo, recomendado por un sugerente itinerario. La guía es el río Urumea, al que podemos llegar por Egia, por el Parque de Cristina Enea, o mejor desde la desembocadura, en la ruta de los puentes de la que os deja un enlace más abajo Donosti City. Los paseos peatonales de las riberas del río son apropiados para caminar. San Sebastián ya no vive de espaldas a su río.

Tras el nuevo puente de Astiñene, alcanzamos el frontón, y un edificio que es la Casa de Cultura, pero que antaño fue el Lavadero. Cuando comienza la urbanización del barrio, las lavanderas limpiaban la ropa blanca de todo aquel que lo solicitaba, de los caseríos y luego de las viviendas en el río. El municipio consideró que aquella actividad era inapropiada insalubre y construyó el lavadero en el año 1928. Como todos los otros de la ciudad cayó en desuso y se transformó en el año 1984 en Casa de Cultura.

A su izquierda vemos un precioso caserío no protegido, “Matxiñene”, donde se ubicó el bar ”El Filipino”, primero, y el asador “Atxiki” después, junto al frontón. Estamos en la ciudad Jardín que en breve va a sufrir una importante transformación con una nueva urbanización. Entre los edificios que desaparecerán esta el caserío Matxiñene. Bajo el puente de las vías del topo al otro lado del río veremos otro caserío semi ruinoso. Es “Mantulene”, que si nadie lo remedia, y al no estar protegido, también se destruirá.

Merece hagamos una visita a las viviendas de ciudad jardín, frente a la vía del tren, para seguir por la calle Sierra de Aralar, la más importante entre las calles que limitan el barrio. Allí veremos “Taberna Elizalde”, que desde 1970 ofrece una restauración de calidad y precio tanto para loiolatarras como para donostiarras de otros barrios que hasta aquí acuden a disfrutar de su buena cocina.

Otro restaurante de renombre es el Iruña, cercano y situado frente al robusto edificio de los militares. Alrededor de la parroquia es donde se desarrolla la urbanización mas ordenada y observamos en el paseo cómo sus calles tienen la denominación de montes vascos, ¿homenaje a su pujante club de montaña “Loiolako Ametzagaña mendi taldea “?, que tantas aficiones ha despertado.

Paseamos por las calles Urbia, Aloña, Urbasa y Ernio entre otras. Y aparece al otro lado del río el gran cuartel de Loiola, hoy infrautilizado, cuya fachada está protegida y habrá que mantenerla, dado que también los acuartelamientos se desplazarán. Aquí se construirá el nuevo y ambicioso ensanche de Loiola con viviendas, cuya necesidad es acuciante.

Cruzamos las emblemáticas plaza de Atari Eder y la de las Lavanderas (Latsaria plaza), ambas abiertas al cauce del río, y puntos de reunión y encuentro de los vecinos. Ésta última, tiene una preciosa escultura de hierro homenaje a las lavanderas (2018) de Dora Salazar , que es vestida con trajes típicos según el festejo que se celebre: Navidades, Fiesta del día de San Sebastián, Caldereros, Carnavales… con una placa con un  poema en español y euskera en homenaje:

  • “A la orilla del Urumea/ las lavanderas lavan que lavan/sus rostros arrugados por el sol del mediodía/ las manos quemadas por la sosa y la lejia/  las lavanderas lavan que lavan …”

El cerrado puente de los cuarteles, Urdintxo, o Alfonso XIII, toponimia  que reclaman los militares, es el fin del barrio. Justo enfrente estaba el recordado e inolvidable Bar “ El americano”, situado en la casa “Amerikanoa” que tanta satisfacción dio a los jóvenes de reemplazo que allí iban a mejorar la alimentación del rancho del cuartel. Actualmente es un moderno edificio.

Y seguidamente tras la rotonda tenemos dos iconos: una preciosa casa solariega, “Beste aldekoa”, destruida por un incendio y el caserío más antiguo de San Sebastián, “Patxillardegi”, del que hablaremos más adelante.

Recomendamos regresar, cerrando el círculo, por la más importante avenida, la travesía “Madalena Jauregiberri”, más conocida como ”el Boulevard de Loiola”, de reciente creación, que cruza el barrio con amplias aceras, bancos de descanso, plantas y flores y dos grandes calzadas para  los automóviles. A ello hay que añadir el ascensor y la pasarela para llegar cómodamente a las casas altas de los Robles y Zorroaga .

EL ARTE URBANO en LOIOLA.

Loiola es un barrio vanguardista y no podía faltar dentro del programa “Donostia apain”, cuatro magníficos cuadros pintados en las fachadas de diferentes edificios. De momento hay cuatro de los artistas Udane Juaristi “Udatxo”, y Ione Larrañaga, destacando el situado en la facha oriental de la casa de cultura, homenaje a las lavanderas y al caserío Atari Eder.  Por ello últimamente al barrio le llaman ”Candem Town”, emulando al barrio Londinense donde también abunda el arte urbano. Y están previstos algunos otros.

PATXILLARDEGI, el caserío más antiguo de San Sebastián.

Frente a los cuarteles de Loiola, al borde de la carretera, cercado y tapiadas sus ventanas, con un deplorable estado y aspecto vemos un monumento símbolo del escenario rural, el de los caseríos, que desapareció con los desarrollos urbanísticos donostiarras y que recuerdan otra forma de vida.

Sufrió un incendio en el año 2014 con dos focos en planta baja y habitación contigua, y está clausurado. Los responsables fueron unos okupas, siendo el incendio sofocado con rapidez sin afectar a la estabilidad general del edificio. No se remoza, ni por los propietarios (¿ viven?), ni por los herederos, que son por ley quienes deben recuperarlo. Tampoco el ayuntamiento parece estar por la labor que tiene aquí un histórico caserío, el más antiguo de la ciudad protegido por el PEPPUC (plan especial de protección del patrimonio urbano construido) con el máximo grado, el A, y que por eso no lo derriba.

El Gobierno Vasco por su parte lo considera monumento inscrito en 1988 en el inventario general del Patrimonio Cultural Vasco. No se conoce la fecha de su notable antigüedad en los anales de San Sebastián. Es un caserío de pequeño tamaño que contrasta con los grandes y cercanos edificios del grupo Patxillardegi. Con fachada principal hacia el río, de planta rectangular, con planta baja primera y desván siglo XVI  tiene  una tipología vinculada a la primitiva forma de Lagar.

Se considera un baserri centenario y fue remozado en el siglo XVIII. Con estructura de madera y balcón es un caserío de arquitectura de ribera que se conserva en la cuenca del Urumea. Una joya.

Y quedan dos caseríos más tratados en un anterior capítulo con poca vida por delante, “Mantulene”, bajo las vías de euskotren, y al otro lado del río, el precioso y encantador “Matxiñene”, que será demolido al no estar protegido, con el proyecto de la nueva Ciudad Jardín. Y ya sólo nos quedará Patxillardegi ….

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