Diez rincones sorprendentes en Tierra Estella.

• Monasterio de Iranzu.

Cinco son las merindades de Navarra: Estella, Pamplona, Sangüesa, Tudela y Olite. Los amantes de la naturaleza encontrarán aquí un paraíso marcado por los bosques atlánticos y el paisaje mediterráneo. Quienes aman el arte disfrutarán recorriendo monumentos románicos, tesoros ocultos, palacios renacentistas, castillos, casonas barrocas…

• nacedero del Urederra.

Tierra Estella abarca un territorio que comprende por el norte las sierras de Urbasa y Andia; por el este hasta Puente la Reina y Larraga; por el sur, frontera riojana hasta San Adrián, Pradejón o Viana; por el oeste frontera alavesa con Bernedo y parque natural de Izki.

72 municipios forman la merindad de Tierra Estella (Lizarrako Merindadea), con una extensión de 2.068 kilómetros cuadrados.

• peñas del mirador de Lazkua en Eraul.

Son muchos los escenarios, rincones o pueblos que merecen una visita, pero Donosti City os selecciona los siguientes tras una breve estancia de tres días en Eraul. Os acompañamos enlaces a diferentes artículos ya publicados por Donosti City con gran cantidad de fotos y vídeos.

Comencemos por el eje de la comarca.

ESTELLA.

Punto importante del camino de Santiago, es una atractiva ciudad plagada de edificios históricos: La Iglesia de San Miguel, la Iglesia del Santo Sepulcro, la Iglesia de San Pedro de la Rúa, la Basílica del Puy… además de calles medievales y numerosos rincones con encanto.

• Más información pinchando nuestro artículo: UNA VISITA A ESTELLA.

Vayamos ahora por la sierra de Andia y Urbasa, con varios tesoros naturales.

NACEDERO DEL UREDERRA.

En Baquedano, bajando de Urbasa o subiendo de Estella, merece la pena detenerse en este lugar sacado de un cuento. Las aguas del Urederra brotan de la pared kárstica de Urbasa y bajan juguetonas con agua azul turquesa.

Más información en nuestro artículo: UREDERRA, AGUA HERMOSA.

PORTUPEKO LEZEA.

Esta vez en el Alto de Lizarraga subiendo desde Etxarri Aranaz, o desde Estella por la carretera de Abarzuza. Un arco natural de fácil acceso que te sorprenderá.

Mira si no, las fotos y vídeos de nuestra reseña: PORTUPEKO LEZEA.

BOSQUES DE URBASA.

No hará falta dar rienda suelta a la imaginación, pues verás formas mágicas en el bosque encantado.

Mira nuestras fotos: GALERIA DE FOTOS DE URBASA.

BALCÓN DE PILATOS.

Coronando Urbasa y sobre el nacedero del Urederra, este anfiteatro colosal de piedra caliza. Se llega desde la parte alta de Urbasa tras pasar los Rasos, hay un balcón que me permite estar, con cuidado, asomado a este escenario.

IRANZU.

En Abarzuza, merece la pena desviarse al Monasterio de Iranzu atravesando un desfiladero. En su tiempo, se buscaban sitios apartados y con agua abundante.

Santa María de Iranzu (en euskera helechos o helechal) es un lugar compuesto por la Iglesia Abacial, de paredes limpias y desnudas, sin nada que distraiga la atención; la Iglesia de San Adrián cuyas ruinas guardan el primer lugar donde los monjes cistercienses se instalaron en el siglo XII; la sala capitular de planta cuadrada y cubiertas de crucería con dos columnas centrales; cocina de esbelta chimenea central; y sobre todo, un bello claustro en el que se observa la diferencia de estilos entre el románico y gótico.

El monasterio fue fundado en 1176 cuando doce monjes cistercienses de la abadía de La Cour Dieu vinieron a fundar un monasterio en este valle en el que ya existía desde el siglo XI un priorato. La nueva fundación se hizo con un gran dominio de tierras, iglesias, molinos, granjas…Con la desamortización de Mendizábal de 1835 llegó el fin del monasterio con salida de los monjes en septiembre de 1839. Hasta 1943 estuvo abandonado, año en el que llegan los Padres Teatinos (orden fundada por San Cayetano de Thienne), haciéndose cargo del lugar y de su reconstrucción.

ERAUL Y SU ENCINA.

Un pueblo sorprendente en el Valle de Yerri, famoso por su encina de más de 600 años, monumento natural número 1 de Navarra, el mirador de Lazkua o la escalada. Escenario de la película Tasio.

Más detalles pinchando nuestro artículo: UNA VISITA A ERAUL.

SAN GREGORIO OSTIENSE.

En Sorlada, cerca del camino que desde Estella se dirige a Los Arcos, se observa un altozano con la silueta inconfundible de la Basílica de San Gregorio, un tesoro oculto que merece la pena conocer. Eso sí, conviene asegurarse de que la entrada esté abierta y contactar con el “portador de llaves”, Jose Luis Irisarri, un libro abierto.

Levantada en honor a San Gregorio, obispo de la localidad italiana de Ostia y uno de los primeros caminantes del Camino de Santiago. Abruma por su portada barroca, sorprendente en esta zona, y su interior está recargado en exceso siguiendo el estilo rococó, algo infantil en colores y pinturas, pero de indudable belleza.

Cuentan que, al morir el obispo, se le colgó encima de una mula y echada a andar, se levantaría una Basílica allá donde muriera. Y aquí cayó la mula. En su vida, San Gregorio libró a Navarra de una plaga de langosta y pronto se convirtió en protector de plagas. Su reliquia, que con insistencia podrá verse, es una cabeza del Santo que es paseada por toda España para librar plagas y virus, de ahí la frase “andar más que la cabeza de San Gregorio”.

Desde Estella, carretera NA-132-A por Murieta y Acedo. En Acedo girar a Mendaza y Sorlada.

EL MOAI DE SAN GREGORIO.

No hará falta ir muy lejos pues saliendo de San Gregorio veremos una pista que en cinco minutos me lleva a un curioso monolito natural, casi colgado al vacío. Una columna gigantesca de 20 metros de altura que parece mentira se mantenga en pie.

Tiene forma de Moai según se sube por la carretera desde Sorlada, de ahí que se le llame el Rapa Nui de Navarra. Incluso tiene una plataforma que parece artificial. Las vistas desde aquí, sobra decir.

• Un moai con vistas. foto Sonia Urreizti.

VALLE DE LANA Y LOS PUEBLOS DEL CARBÓN.

La llamada “Rusia navarra” también nos sorprenderá. Protegida por las sierras de Urbasa y Lokiz, encontramos un grupo de pueblos conocidos por las carboneras: Viloria, donde ya encontramos unas cuantas, incluso encendidas; Ulibarri con la pequeña ermita de Santa Lucía a los pies de Lokiz; Narcué, Galbarra y Gastiain. Todos son lugares de una tranquilidad absoluta.

• ermita de Santa Lucía en Ulibarri.

Todavía se mantiene vivo el oficio, aunque antes de la mitad del siglo XX los carboneros eran habituales del Pirineo y toda esta zona. En Viloria se ven carboneras, pero antaño estaban en la montaña, viviendo los carboneros en chabolas donde los más viejos del lugar contaban que se comían habas para desayunar, comer y cenar.

En 1984 Montxo Armendáriz grabó aquí la vida de un carbonero.

Desde Estella, carretera NA-132-A por Murieta. Un poco antes de Acedo, desviarse a Viloria.

• La tranquilidad del valle de Lana. Ulibarri desde Viloria.